La banda liderada por Jon Bon Jovi, habituales en Rock in Rio desde su participación hace 25 años en la primera edición, celebrada en Brasil, presentaba los temas de su último álbum, "The Circle", e iniciaba en Madrid su gira europea.
Richie Sambora (guitarra), David Bryan (teclados) y Tico Torres (batería) acompañaron al eternamente joven Jon Bon Jovi, que, a sus 48 años recién cumplidos, lució cuerpo de gimnasio, rubio de peluquería y pecho descubierto, en el Escenario Mundo de la Ciudad del Rock, y dieron un repaso a los clásicos de su carrera: "Have a nice day", "It's my life" y "Bad Medicine".
La banda dejó constancia de su capacidad para regenerarse
El repertorio escogido por la banda de Nueva Jersey dejó constancia de la capacidad de regenerarse y mantenerse que posee. Buen ejemplo de ello fue la interpretación de nuevas canciones como "We weren't born to follow" y "Superman tonight", que sirvieron a Bon Jovi para presentar en sociedad su último trabajo.
Con una enorme sonrisa, Jon Bon Jovi contagió su alegría al excitado auditorio del Escenario Mundo, incluso, tras interpretar "Captain Crash", se atrevió a emular a la mismísima Shakira con movimientos de culo y caderas.
Camisetas con la cara del ídolo, banderas y carteles personalizados y hasta parches bordados en la chaqueta de algún fanático dibujaron un genial esbozo de lo que supone esta banda para su público.
Las nuevas generaciones recogen el testigo de sus padres
Aunque ajenos a lo que supuso el fenómeno Bon Jovi en su tiempo, las nuevas generaciones recogen a la perfección el testigo de sus padres y hermanos mayores, que hace más de veinte años forraban sus carpetas y habitaciones con la imágenes del idolatrado grupo de hard rock.
El momento más emotivo de la noche llegó con la versión del clásico "Hallelujia", en el que la voz de Jon Bon Jovi se fundió con el piano para crear un efecto casi eucarístico con sus seguidores. "Saturday night" fue interpretada, al igual que el anterior tema, en versión acústica, ofreciendo la cara más íntima del rockero.
Era cuestión de tiempo que Bon Jovi mostrase su lado más salvaje, por eso se lanzaron con rabia a tocar "Runnaway", "Working man" o "Faith", para cerrar con su gran éxito "Living on a prayer".
Tras Bon Jovi fue el turno de Paul Van Dyk, que cerró con éxito el primer día del legendario festival, con una sesión aderezada con una gran puesta en escena llena de luz y color.
El padre del trance ofreció una sesión "rompepiernas" y abarratoda de ritmos indescifrables, donde era imposible negarse a bailar junto a miles de personas que, pese al cansancio acumulado, convirtieron el Escenario Mundo en una macrodiscoteca al aire libre.