Nicolasa cuida desde hace un año y medio de su madre enferma de alzheirmer, desde que decidió el alta voluntaria de la anciana tras estar dos años ingresada en la Clínica Cajal. La decisión la tomó por varias circunstancias. El 1 de enero de 2009 la llamaron avisándola de que su madre había muerto. Pero horas después descubrió que estaba viva. La habían confundido con su compañera de habitación. Nicolasa pide una indemnización, ya que toda su familia llegó a trasladarse desde Lanzarote para velar el cuerpo de la anciana. Pero ahí no queda la cosa. Tres meses después descubre que su madre tiene lesionada la cadera.Nicolasa ha denunciado a la clínica y ha pedido responsabilidades al Servicio Canario de Salud, por derivar a su madre a La cajal. La dirección de la clínica no ha querido hacer declaraciones al respecto