Publicidad

LLEGAR HASTA LOS NIÑOS LLEVA ONCE HORAS

El titánico esfuerzo de los rescatadores en Tailandia

Decenas de buzos y personal especializado no cesan en su esfuerzo por rescatar a los doce niños que continúan atrapados en la cueva de Tham Luang. En cada viaje a la gruta, los buzos tienen que atravesar casi dos kilómetros de estrechos pasadizos sin apenas visibilidad y entre corrientes de agua. Un camino que en total, les lleva once horas entre ida y vuelta. Pero nadie se rinde.

Tras la muerte de uno de los buzos que realizaba una misión de abastecimiento se ha hecho evidente la dificultad y la peligrosidad del rescate de los doce menores y al monitor que llevan 13 días atrapados en una cueva del norte de Tailandia.

El rescate además, se enfrenta a la inminente llegada de las lluvias que arrastra el monzón. La calidad del aire en la cueva se está reduciendo notablemente, y los desniveles y zonas inundadas hacen muy difícil el acceso y la posible salida.

Ahora, una nueva grabación desde dentro muestra las enormes dificultades que encuentran los equipos de rescate para avanzar por el interior de la gruta, y los grandes esfuerzos para transportar el material y equipamiento necesarios.

Hay desniveles muy escarpados, llenos de rocas, donde mantener el equilibrio es casi imposible. Estrechos pasadizos que solo se pueden salvar agachados o en cuclillas. Galerías anegadas donde el agua llega hasta la barbilla, con el mínimo espacio entre la cabeza y la roca. Y zonas completamente inundadas en las que se hace imprescindible el buceo.

"El camino hasta los chavales es una continua sucesión de complicados y agotadores retos", declaró Rafael Arush, buceador voluntario que participa en esas tareas.

Equipos de varios países, incluido Reino Unido, China o Estados Unidos, colaboran con los marines tailandeses en las operaciones.

Publicidad