Publicidad

LLEVABAN UNA VIDA NORMAL EN PUERTO VALLARTA

Los etarras detenidos en México ocultaron su verdadera identidad a sus hijos y vecinos

Los dos históricos miembros de ETA detenidos en México siguen declarando en la Comisaría General de información de la Policía en Madrid. Mañana pasarán a disposición de la Audiencia Nacional. Termina para ellos su etapa de fugitivos iniciada hace más de dos décadas. Sus dos hijos, de 17 y 19 años, no conocían el pasado de sus padres ni sus verdaderos nombres.

En 22 años de huída de la justicia, los dos etarras habían montado toda una vida paralela y opuesta a la que habían llevado en España.

Juan Jesús Narváez Goñi trabajaba de fisioterapeuta y su mujer, Itziar Alberdi, en un centro de yoga y artes esotéricas. Vivían desde hacía seis años en la ciudad turística de Puerto Vallarta, en la costa del Pacífico mexicano.

Ambos usaban identidades falsas, hasta tal punto que les habían transmitido a sus hijos incluso sus apellidos simulados. Ellos no sabían nada de que sus padres habían sido terroristas de ETA ni de que habían participado, en solo un año, en 18 asesinatos. Los hijos, de 17 y 19 años, llegaron ayer a Madrid en el mismo avión que sus padres.

Como es habitual en los terroristas escondidos en países centroamericanos, llevaban una vida completamente normal, que no despertaba ninguna sospecha entre sus vecinos. Para ellos eran unos más, a quienes veían ir a su trabajo y realizar las actividades de cualquier familia.

Publicidad