Viriato cabalga de regreso a Caura con Claudia como rehén. Galba le ha hecho creer que sus hombres están en peligro y el líder hispano no puede permitirlo. Su regreso a Caura es una trampa. Los hombres de Alejo han tomado el poblado y esperan la llegada del líder rebelde para darle muerte.

Si el plan de Galba triunfa, ya nadie podrá desenmascararlo ante el senado. Nadie excepto Quinto Servilio. Si Galba logra poner a Quinto de su parte tan solo tendría que culpar a Darío, Sandro y Paulo de traicionar a su líder, a los que acusa ante el senado de Roma de asesinar al Rey de los hispanos a cambio de una recompensa que no osó pagar, porque todo el mundo sabe que… Roma no paga traidores.