Feliciano, el secuestrador, exige una solución al robo de sus joyas mientras Francisca intenta, sin éxito, ganar tiempo.
Carmelo se niega a mandar un adelanto como le ha pedido Arsenio. No pagará nada sin saber en qué va a invertir. Además, habla a Severo de sus planes en Argentina, y le pide que agilice los trámites de su sucesor para poder marchar.
Raimundo no reacciona tras haber perdido a Francisca. No tiene energía ni ánimo para nada. Mauricio también se siente perdido. Don Anselmo intenta convencer a Raimundo de colaborar con el funeral, pero no quiere saber nada; está profundamente destrozado.
Lucas confirma que Onésimo ha perdido la memoria.
Casimiro sufre una inesperada recaída. Ni Rosalía ni el propio Lucas entienden por qué. Se les ocurre revisar las exhaustivas notas de Sol y no encuentran nada que justifique la recaída de Casimiro. Lucas no se moverá de su lado hasta que se recupere. Lucas medica al niño sin sospechar que esa medicina manipulada es lo que lo está matando.
Feliciano Ascanio llega y Raimundo se lanza sobre él, convencido de que le ha hecho daño a Francisca.