Los Selfa son una familia catalana en la que sólo entra un sueldo fijo, el de Rosa, conductora de autobuses urbanos y sindicalista. Su marido estaba en el paro y se ha marchado a trabajar una temporada a Ibiza Rosa gana en torno a los 1.300 euros al mes y le salen las cuentan gracias a sus padres, que hacen de canguro de sus dos hijos y le tienen la cena preparada cuando llega a casa a las tantas de la noche y agotada de toda una jornada en el autobus.

En Bailén saben muy bien lo importante que es un sueldo, porque es una ciudad en la que hasta hace unos años se vivía del ladrillo. Ahora son pocas las familias que tienen un salario en casa. Los Morón llevan desde diciembre sin ingresar ni un euro. Salen adelante gracias a la comida que recogen de una iglesia y la que les dan sus padres y hermanos. Nunca se habían imaginado que ellos y su hija tendrían que vivir así. Nunca creyeron que les iba a tocar a ellos. Es el miedo que tienen sus vecinos, la familia De la Torre. Paco está en el paro y pasa las mañanas andando con sus antiguos compañeros de la fábrica que cerró. Ana, la hija, sólo sale los fines de semana que consigue dinero cortando el pelo a familiares y amigos. María, la mujer, es la única que trabaja, lleva encima el peso de la casa y de la familia. gana 1.200 euros al mes. Pero "es lo que hay y hay que tirar para adelante", nos dice.

Si es difícil estirar un sueldo fijo, más lo es cuando no se sabe el dinero que va a entrar en casa. Ese es el día a día de las familias autónomas. El barrio de la Prosperidad, en Madrid, es el lugar con más autónomos de la capital. Y allí hemos conocido a familias con sueldos de lo más variado -desde 3.000 euros a 1.200- pero con algo en común: nunca se pueden poner enfermas y nunca saben cómo van a llegar a fin de mes. 
Las familias de funcionarios tienen ahora otro problema. El recorte aprobado por el Gobierno les ha obligado a hacer nuevas cuentas. Los Fernández-Sánchez, de Mérida, la ciudad con más funcionarios de España, tenían todos sus gastos cubiertos. Ahora no. Cobran 1.500 euros cada uno y ese recorte les supone 3.000 euros menos al año. Ella es educadora social, él es un funcionario liberado. Ya no comen habitualmente en su restaurante preferido, compran marcas blancas y pasan de largo ante los escaparates con rebajas.

¿Y los empresarios? ¿llegan bien a fin de mes? Jordi Alcaraz sí. Y sus padres que trabajan para él también. Porque Jordi tiene solo 17 años, es el empresario más joven de España y probablemente el único menor de edad con empleados que además da de comer a su familia.

Pero seguramente pocos sectores estiran más el sueldo que los pensionistas. Aunque no todos tienen esa necesidad. En Navarra, la familia Arregui Pellejero, jubilados, ingresan a fin de mes 3.000 euros. Viudo y separada, se casaron hace unos años, se jubilaron antes de tiempo y están disfrutando lo que no disfrutaron antes. "No te de verguenza decir lo que cobras de pensión", le dicen a su consuegra y denuncian que, a diferencia de ellos,  Maria Pilar sobrevive con menos de 600 euros al mes.