Una vecina de la abuela de Olivia: "Si la niña se caía, el padre tenía al día siguiente un parte de lesiones de la madre"

"Antes que dejarla con el padre, la mato". Este es el mensaje que la madre de Olivia mandó el viernes a un familiar cuando se enteró de que le habían retirado la custodia de su hija Olivia. No le dieron más importancia, hasta el momento en el que la detenida dejó de contestar las llamadas.

Los vecinos, así como la familia del padre, conocían la tortura judicial que soportaba el padre. "Si la niña jugaba con sus primas o se caía, al día siguiente en cuanto recogía a la niña -el padre- tenía un parte de lesiones y denuncia por malos tratos", asegura la vecina de la abuela de Olivia. El padre ha llegado a tener, al menos, 28 denuncias que nunca prosperaban. La abuela tenía miedo de bañar a la pequeña, por si le hacía algún arañazo.

En los últimos cinco años, desde el divorcio de la pareja, cuando alguna sentencia no era favorable, su técnica era "no entregar ese fin de semana a la niña" cuenta a Antena 3 Noticias la vecina de la abuela de Olivia. Hasta que la semana pasada llegó la sentencia que tanto estaban esperando: la sentencia que retiraba la custodia. Pero ya era tarde.

La madre se encuentra en prisión provisional

La magistrada titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Gijón ha dictado este miércoles una orden de prisión provisional comunicada y sin fianza para la mujer detenida por la muerte de su hija de 6 años, acusada de un delito de asesinato, ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Asturias.

La jueza, que ha dictado el auto de acuerdo a la petición de la Fiscalía, imputa a la mujer este delito, sin perjuicio de que dicha calificación pudiera modificarse a lo largo de la instrucción. Se encuentra aparentemente tranquila, sin muestras de arrepentimiento. Llevaba tiempo en tratamiento psicológico.

Los hechos que están siendo investigados ocurrieron poco antes de la medianoche del domingo al lunes en un piso situado en el número 71 de la calle Gaspar García Laviana, en el barrio gijonés de El Llano, donde la mujer y su hija vivían desde hacía unos pocos meses.