Mayores
Un 'traje de la vejez' para sentirse viejo por un día y entender a los mayores
La Universidad de Granada presenta en Vigo su 'traje de la vejez', que simula las limitaciones físicas y sensoriales a partir de los 85 años.
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¿Cómo nos sentiríamos si nos pusiésemos en la piel de un octogenario? Posiblemente débiles y con muchas limitaciones. Ahora podemos percibir, en nuestras carnes, lo que significa hacerse mayor.
La Universidad de Granada ha llegado a Vigo con un traje que ayuda a que, quien lo vista, pueda experimentar patologías auditivas, visuales, problemas de movilidad, dolores de rodilla y espalda o temblores en las manos. Es una herramienta que utilizan en el Máster en Gerontología, Dependencia y Protección de los Mayores de la Universidad de Granada y que hoy presentan en Galicia.
Este traje consta de seis gafas, un obstáculo para complicar la movilidad del cuello, pesas que impiden doblar la espalda con normalidad, pinchos que simulan dolores de espalda y rodilla y pequeñas descargas para generar temblores en las manos, así como un calzado pesado para dificultar los pasos.
"Es fundamental ponernos en la piel de las personas con discapacidad y de las personas mayores, así lograremos una inclusión efectiva y empática"
"Desde el año 2020, tras la pandemia que tanto afectó a las personas de mayor edad, decidimos que había que reforzar la empatía de los estudiantes con los mayores, e introdujimos estas prácticas", dice Juan Antonio Maldonado, catedrático del Departamento de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la UGR y coordinador del máster.
"Es fundamental ponernos en la piel de las personas con discapacidad y de las personas mayores, así lograremos una inclusión efectiva y empática", añade José Luis Cabezas, profesor de Psicología Evolutiva y de la Educación.
Entre hoy y mañana apuestan por la empatía con los mayores y los discapacitados desde Vigo. Presentan este 'traje de la vejez' dentro del XXXIII Congreso Internacional de la Sociedade Galega de Xerontoloxía e Xeriatría. El modelo se desarrolló en Alemania y se utiliza a diario en Granada para vivir, en primera persona, cómo se puede sentir un mayor cuando se convierte en octogenario.
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