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Murieron 80 personas el 24 de julio de 2013

El maquinista del tren accidentado en Angrois, entre lágrimas: "Era un accidente anunciado"

Francisco José Garzón ha defendido que "tres señales y tres balizas habrían evitado el accidente". Lo ha manifestado a través de un comunicado que ha tenido que leer uno de los miembros de la mesa al verse superado por la emoción y las lágrimas. El maquinista del Alvia ha asegurado que estaban ante "un accidente anunciado" pues él mismo había advertido de los riesgos del tramo al responsable de seguridad.

El maquinista del tren Alvia siniestrado en Santiago, Francisco José Garzón Amo, ha asegurado en el Congreso que se trató de "un accidente anunciado" porque toda la seguridad de la línea y, en concreto, en la curva de Angrois donde se produjo la catástrofe quedaba sólo "en manos del maquinista".

Garzón, que comparece en la Comisión de Investigación sobre el accidente, ha pedido entre lágrimas y visiblemente emocionado que fuera otra persona quien leyera la declaración que traía escrita. "Si no está de ánimo, suspenderemos la sesión o lo que sea necesario", ha asegurado el presidente de la Comisión, el diputado del PDeCAT, Feliu Guillaumes.

En la declaración, leída por el secretario de la comisión, el maquinista ha pedido que se pudiera escuchar la grabación completa de la conversación que mantuvo con el puesto de mando instantes después del accidente. Una conversación en la que reconocía que iba a 190 kilómetros por hora y no a 80, pero en el que alertaba también de que eso podía ocurrir cualquier día por la falta de señalización y de medidas de seguridad de la línea. "Dije que algún día esto iba a pasar, que éramos humanos", ha admitido.

Una grabación que la Mesa de la Comisión ha decidido no difundir en la sesión, pero que el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, ha intentado reproducir en su teléfono móvil aprovechando su turno de palabra, momento en el que el presidente de la Comisión ha suspendido la sesión durante unos minutos.

Tras este episodio y reanudada la comparecencia, la portavoz de En Marea, Alexandra Fernández, ha leído el tenor de la conversación, en la que el maquinista insiste sobre el peligro de la curva, del que había alertado repetidamente a sus superiores antes del siniestro.

"¿Piensa que fue un cabeza de turco?", le ha preguntado la portavoz de En Marea, a lo que el maquinista ha contestado que solo quiere vivir "en paz" y que hubiera preferido haber muerto en el accidente, si con ello hubiera salvado alguna de las personas que perdieron la vida en el siniestro.

El interventor del tren nunca escuchó que la curva de Angrois fuera peligrosa

El interventor del tren Alvia que se accidentó en Santiago en julio de 2013, Antonio Martín Marugán, ha asegurado que nunca antes del siniestro tuvo conocimiento o escuchó de algún compañero que la curva de Angrois fuera "peligrosa", y para él tanto el tren como la línea eran seguros.

En su comparecencia, Martín ha confirmado que instantes antes del accidente realizó una llamada telefónica al conductor del convoy para hacerle una consulta técnica sobre una próxima parada en la localidad de Pontedeume. Conversación que, según el conductor, le distrajo de la conducción y provocó que entrara en la curva con una velocidad excesiva.

Según el interventor, esa llamada, de apenas minuto y medio de duración, era habitual y para ello se utilizaba un teléfono corporativo que le proporcionaba la empresa. El trabajador, ya jubilado y que no ha vuelto a prestar servicio en Renfe, ha asegurado que tiene conocimiento de que la compañía ha recomendado a su personal limitar este tipo de llamadas con los maquinistas a las estrictamente imprescindibles.

No obstante, y sobre si el lugar del trayecto en el que decidió marcar el número del maquinista, en un tramo en el que hay que reducir drásticamente la velocidad, pudo influir en el accidente, ha afirmado que él desconocía el punto concreto de la línea en el que se encontraba y que hizo la llamada porque en ese momento estaba libre y necesitaba hacer esa consulta.

"Nunca escuché nada de la peligrosidad de esa curva de Angrois", ha insistido el interventor, que tampoco había escuchado antes que a ese modelo de tren se le hubiera apodado "Frankenstein" por su doble tracción, eléctrica y diesel. Pese a ello, ha admitido que probablemente si esa curva hubiera estado "en otra circunstancia" o estuviera instalado otro sistema de seguridad, el accidente se podría haber evitado, aunque reconoce que no lo puede saber a ciencia cierta.

Y es que ha insistido en que, como intervenir, él no tocaba las cuestiones técnicas o de conducción del tren, solo se dedicaba a la atención a los viajeros y al servicio comercial.

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