Violencia de Género

“Sí, soy una puta, le dije para que dejara de pegarme", el testimonio de una víctima de violencia de género

Loli Costa es una mujer maltratada gallega que hoy quiere alzar la voz para decirle a las víctimas que no están solas y que se puede salir del "infierno".

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Un auténtico calvario es el que vivió Loli durante cuatro años, hasta 2018. Su relación fue inicialmente idílica, "durante dos años fui la persona más feliz del mundo hasta que un día llegó a casa, empezó a insultarme y dejé de entenderlo todo", comenta ante las cámaras hoy, 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

En uno de los primeros episodios, su entonces pareja le dijo que debía repetir que era una puta. "Yo le decía que no, que era Loli, y entonces me daba un bofetón, y otra vez, y otra...". Así lo repitió hasta cuatro veces y entonces ella le contestó en voz alta lo que su maltratador quería escuchar: "Sí, soy una puta".

"Me envolvía la cabeza con papel film para que no escuchasen mis gritos"

A partir de entonces la violencia apareció de un modo habitual, cada vez con más crudeza, con más fuerza. "Me prendió fuego, tuve que ser atendida por quemaduras de tercer grado, me cortó el abdomen con un cúter en cuadraditos, y con un cigarro encendido me dibujó una letra 'F', inicial de su nombre, que después modificó para convertirla en una 'P' de puta", cuenta Loli enseñándonos las cicatrices.

Al verse al borde de la muerte, contó su pesadilla

Bajo amenaza de muerte si comentaba algo a sus familiares o allegados, Loli temblaba cada vez que llegaba a casa. "Me ponía una braga en la cara y me envolvía la cabeza con papel film- yo apenas podía respirar- para que los vecinos no escuchasen mis gritos", recuerda. Pero un día, al verse al borde de la muerte, se armó de valor, compartió su pesadilla y contrató a un abogado.

Contactó con el Centro de Información á Muller de su Ayuntamiento, recibió la ayuda que necesitaba, y consiguió salir y seguir adelante. "El proceso es lento, pero es posible. Por eso hoy quiero dar la cara, alzar la voz para que a nadie le pase lo que a mi, para decirle a las mujeres que están sufriendo que no están solas y que somos muchas. Se puede salir de esto".

"Se puede salir de esto"

Hoy Loli cuenta su testimonio para intentar con él poner fin a la lacra de la violencia machista pero no oculta su nerviosismo. "Ese señor está en la calle y avisé a la Guardia Civil de que iba a salir en los medios, por si se le ocurre acercarse a mi de nuevo", nos comenta.

Su maltratador fue condenado a un año y nueve meses de prisión, por lo que nunca ingresó en la cárcel; y a una orden de alejamiento de cinco años. Él ha rehecho su vida pero, lo importante, es que Loli también. Valiente, esta víctima es hoy un ejemplo de fortaleza y ganas de vivir.

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