Bullying

El profesor Toni García, del bullying: "Si no hay sanción, hay sensación de impunidad y quien tiene que abandonar el centro es el acosado"

¿Son suficientes las herramientas de los centros escolares para luchar contra el bullying? Lo analizamos de la mano de un experto.

Imagen sobre el bullying

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Vídeos suplantando tu imagen, insultos, motes, patadas, burlas... El 12,3% de los alumnos españoles afirma que él, o uno de sus compañeros, está sufriendo acoso escolar. Son datos que se extraen del informe de la Fundación ANAR y la Fundación Mutua Madrileña. Además, también se indica que solo un 15% de los docentes admite tener conocimiento de algún caso, 5,9 puntos menos que en el curso anterior. ¿Es posible que el profesor no sepa que hay un alumno al que le están haciendo bullying o miran los docentes para otro sitio?

Desde la Newsletter de Antena 3 Noticias hemos querido dar voz a los profesores, para que nos expliquen cómo se enfrentan a esta problemática y lo hacemos con Toni García Arias, Director del Colegio Joaquín Carrión, profesor de Sociología de la Educación en UDIMA y autor del libro 'Aulas sin bullying, aulas sin miedo'.

¿Cómo perciben los docentes el acoso escolar?

"El término acoso escolar ha quedado obsoleto", afirma Toni García nada más comenzar la entrevista, para a continuación explicar que "es verdad que antes el acoso sí que quedaba reducido al ámbito escolar. Una vez que se traspasaban las puertas del colegio, ese acoso no continuaba a menos que te vieras por el parque o en alguna calle. Pero hoy el acoso escolar es permanente, las 24 horas". Precisamente esa es una de las razones por las que no siempre los profesores saben qué está ocurriendo.

En el informe de la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación ANAR se indica que la IA se encuentra presente en el 14,2% de los casos de ciberacoso. Las redes sociales han abierto la puerta a que lo que ocurra en los patios se lleve a casa y viceversa. El profesor nos cuenta una experiencia propia. En el centro del que hoy es director percibieron un aumento de la violencia en los recreos, sin aparentemente un motivo justificado. Investigando descubrieron que procedía de los juegos online que tenían en casa con chat "donde entre ellos se insultaban, se vejaban y cuando llegaban al colegio al día siguiente estaban esperando la hora del recreo para cometer toda esa venganza que de manera online no se puede hacer".

Los docentes y la escuela ¿hacen lo suficiente?

Y ese es uno de los motivos por los que el docente puede no saber qué está ocurriendo. "Es cierto que nosotros, los docentes, hacemos vigilancia activa en el patio. En el aula, en principio, no debería haber ningún problema porque también hay una vigilancia activa del tutor y del profesor que están en el aula, aunque sí que es verdad, que durante las horas de recreo a veces se te puede escapar alguna cosa. Además, hoy en día, el acoso escolar no solo se produce dentro del entorno escolar, muchas veces se produce fuera, o nace fuera a través de las redes sociales".

Todo esto sumado a que "los acosadores siempre buscan lugares donde no haya una vigilancia o donde se puedan escaquear de esa vigilancia" y a que existe la percepción en el alumnado de que "el profesorado pocas veces puede actuar y que no puede confiar en la escuela para que solucione su problema" y esa dice García, "es una de las mayores dificultades" por la sensación de impunidad que se genera.

En este punto, el docente hace hincapié en la importancia de los observadores. "Los alumnos acosados no suelen informar, a veces por vergüenza, por miedo a represalias... los alumnos que están siendo acosados pierden confianza, pierden autoestima, se sienten muy vulnerables y a veces el comentarlo a los padres o a los profesores les hace sentir incluso más humillación de la que ya tienen. Nosotros realmente recibimos la información a través de los compañeros, son ellos los que pueden hacer que se maximice ese acoso escolar o que se pueda controlar y se pueda parar". Toni García nos insiste en la importancia de "convertir a esos observadores, en alumnos defensores".

"Hoy el acoso escolar es permanente, las 24 horas"

Preguntamos al docente si desde la pizarra se aprecia algún cambio a una edad determinada, pero él nos incide en que el tema que tratamos "es muy complicado". Aunque sí es palpable que hay un cambio en la intencionalidad de los ataques. "El gran problema en el acoso escolar es la intencionalidad. Cuando los alumnos están en primaria, normalmente no son conscientes del impacto que su acoso causa en otro. Normalmente, no son conscientes de que eso puede afectar muchísimo emocionalmente a su compañero. Es al final de primaria cuando sí que ya son conscientes de que están haciendo daño realmente. Y esa voluntariedad de hacer daño a otro es lo problemático y lo que tenemos que atajar de manera preventiva, pero también, una parte fundamental que a veces a los centros se nos olvida, de una manera sancionadora. Si no hay sanción, hay sensación de impunidad y ese acoso permanece, se acrecienta y al final muchas veces el que tiene que abandonar el centro es alumno que es acosado, en lugar del alumno acosador".

La sensación de impunidad

Y puesta sobre la mesa esa sensación de impunidad que puede tener el acosador, es obligado preguntar a Toni, con qué herramientas cuentan los centros educativos y si lo que se hace es suficiente. "¿Suficiente?, creo que no. Creo que hay que hacer más vigilancias activas en el patio, más vigilancias de observación, hay que observar a ese alumno que no participa en los juegos e intervenir de una manera más sancionadora con casos de acoso escolar. Si los alumnos interpretan que la violencia es una forma normal de relacionarse, consigues un centro educativo donde la convivencia prácticamente no existe. El alumno que acosa, el alumno agresor, tiene que tener muy claro que desde la tribu no se le va a permitir ese tipo de actuaciones", dice García.

"Si no hay ningún tipo de sanción el alumno acosado se ve acosado dos veces"

Claro está, hay protocolos que se deben activar, es más, este director invita a "todos los centros educativos a que, una vez que se tenga la más mínima sospecha el protocolo hay que ejecutarlo porque muchas veces intentamos solucionarlo a nuestra manera y pueden ser mayores las consecuencias".

"El protocolo hay que abrirlo una vez que se detecta un caso de acoso. Pero luego es verdad que nosotros sí que tenemos ciertas limitaciones a la hora de intervenir, fundamentalmente porque cuando se detecta un caso de acoso y tú quieres investigarlo, muchas veces cuando quieres hacer la entrevista con el alumno acosador tienen que estar los padres presentes y entonces, mientras él, cuando no estaban los padres presentes, reconoce abiertamente que sí que ha acosado a otro, cuando están sus padres suelen negarlo. Y por desgracia, muchos padres suelen justificarlo y se niegan a que se tomen medidas", explica Toni García.

Además incide en que luego viene una segunda parte, el miedo a tomar medidas contundentes. "Lo primero que tenemos que hacer es intervenir de manera inmediata con una sanción y eso a veces no lo hacemos, a veces porque el protocolo tampoco lo permite, a veces por injerencias de la administración que tampoco ve muy bien el tema de la expulsión. Entonces toda esa dinámica que se genera después de abrir el protocolo es un poco dificultosa para nosotros y, eso hace, que no podamos intervenir. Pero es muy importante recordar que a la hora de un caso de acoso escolar si no hay ningún tipo de sanción el alumno acosado se ve acosado dos veces, en primer lugar por el alumno que lo está acosando y, en segundo lugar, por la administración que no le da apoyo y que no lo protege y, eso hay que erradicarlo, porque es precisamente esa la causa por la que muchos alumnos considera que no se les está ayudando", concluye Toni García.

Acabamos este reportaje con un mensaje directo que este docente lanza tanto a jóvenes que están sufriendo bullying como a quienes lo están haciendo. "A un niño que es acosado, le diría directamente que busque un profesor de confianza y que se lo cuente, que no pasen ni cinco, ni diez, ni quince días. Que lo cuente a sus padres, a sus compañeros... porque así, siempre habrá una mano que le pueda ayudar. Y a los alumnos que son acosadores quiero que se pongan en situación de lo que está sufriendo la otra persona. Los alumnos acosadores tienen que darse cuenta de que esa actitud que tienen es una actitud de relación basada en la violencia y de que en nuestra vida no queremos ni gente violenta ni gente que no respeta a los demás".

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