Pinchazos

La Policía investiga un posible caso de sumisión química a una menor de 13 años

Los hechos se produjeron la pasada madrugada del sábado en las fiestas de Montevil, cuando la menor comunicó a sus padres que había recibido un pinchazo.

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La Policía Nacional ha informado de un posible caso de sumisión química a una menor de edad, con tan solo 13 años, en España.

Los hechos tuvieron lugar el pasado domingo, 31 de agosto, en las fiestas de Montevil, una barriada de Gijón, en Asturias. La menor se encontraba con un grupo de amigas disfrutando de los festejos cuando sintió un pinchazo en una pierna. Rápidamente, la menor, de 13 años de edad, alertó a sus progenitores y fue trasladada al Hospital de Cabueñes.

Allí, tras realizar varias pruebas, los profesionales sanitarios confirmaron la existencia en el cuerpo de la joven de éxtasis líquido, más conocido como MDMA, que habría sido inyectado por el autor, aún desconocido.

Las primeras pesquisas, tal y como avanza hoy 'El Comercio', señalan a un grupo de hombres, de unos 50 años, que se encontraba cerca de estas menores cuando se produjo el pinchazo. No obstante, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad aún no han conseguido identificar a ninguno de estos presuntos autores.

Los progenitores ya han interpuesto la demanda ante la Policía Nacional, quien ha abierto una investigación para establecer cómo se produjo este caso de sumisión química y de la que no han transcendido más datos al tratarse de una menor de edad. De confirmarse, se trataría del primer caso en una menor de edad que se produce en nuestro país, donde en los últimos días se han interpuesto varias denuncias por casos similares en mujeres y chicas jóvenes.

Numerosos casos en toda España

En esta última semana, hemos conocido una gran cantidad de casos en los que mujeres y jóvenes han recibido pinchazos de sumisión química: algunos, en Andalucía, Cataluña, Madrid o País Vasco. En esta última comunidad, las autoridades investigan unos 17 casos, una cifra similar a Cataluña.

Con estos pinchazos, que suelen producirse en piernas o brazos, se intenta modificar la conducta y el estado de consciencia de las víctimas para poder anular su voluntad, una peligrosa práctica que ya ha puesto en alerta a todo el país.

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