Triple crimen
Un jurado popular determina si el asesino confeso de los hermanos de Morata de Tajuña sufría enajenación mental
Este martes se celebra el juicio en la Audiencia Popular de Madrid. El presunto asesino se enfrenta a 36 años de cárcel, aunque podrían ser menos por la decisión del jurado.

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Una estafa amorosa y un posterior préstamo, terminó con la vida de Amelia, Ángeles y Pepe. El pasado 17 de diciembre de 2023, Dilawar Hussain, presuntamente, mató con un palo de hierro a los tres hermanos en el municipio madrileño de Morata de Tajuña. Este martes, en la Audiencia Popular de Madrid, un jurado popular determinará si Hussain planificó la muerte de las víctimas o, por el contrario, padecía un trastorno mental que le llevó a cometer tal crimen. El hombre se enfrenta a 36 años de cárcel.
Sin embargo, la historia del triple crimen de los hermanos Gutiérrez Ayuso, comienza más allá que aquel día de diciembre. Ángeles, de 70 años, y Amelia, de 68 años, conocieron a través de Facebook a dos supuestos militares estadounidenses destinados en Afganistán.
En uno de los momentos de la relación, el supuesto militar de la más mayor fallece, mientras que el de Amelia contaba a ambas que les había dejado una millonada. Pero no todo iba a ser tan fácil porque para poder recibir el dinero, estas tenían que pagar una serie de gastos.
Las hermanas Gutiérrez Ayuso creyeron la palabra del presunto militar y le enviaron más de 30.000 euros, según un amigo de la familia. De hecho, cuando se quedaron sin dinero, llegaron a pedir al cura de la localidad, pero no cedió. En este momento fue cuando contactaron con Hussain, quien regentaba un locutorio con servicio de envío de dinero y al que conocían porque le habían alquilado una habitación en su casa.
No le devolvieron el dinero
'El negro de Morata', así se hacía llamar, Dilawar Hussain Fazal Chouhdary, un paquistaní que residía en una casa de Arganda del Rey. A este le pidieron un préstamo de más de 50.000 euros, y todo parece indicar que Amelia y ´Ángeles no devolvieron el dinero. El hombre, que según contó a los investigadores quería recuperar su dinero porque "le habían arruinado" y no tenía "ni para comer", fue denunciado por Amelia por acoso y amenazas, llegándole a poner una orden de alejamiento. Incluso en uno de los intentos por recuperarlo la había agredido en la cabeza con un martillo.
Aquella mañana de domingo, el prestamista escaló el muro del chalet de dos pisos de los Gutiérrez Ayuso. Pepe, el tercer hermano abrió la puerta sin pensar que sería lo último que haría: le golpeó con una barra de hierro en la cabeza y murió por traumatismo craneoencefálico. Tras esto fue directamente a por las dos hermanas.
Los quemó
Aunque no terminó ahí, y 48 horas después de cometer el crimen regresó a la vivienda y la prendió fuego con los cadáveres en el interior. No fue hasta el mes siguiente, por denuncias de vecinos por fuertes olores y no haber visto a las víctimas, que la Guardia Civil encontró los restos de los hermanos.
Para poder acceder a la casa tuvieron que usar una escalera. Cuando entraron contemplaron una trágica escena: los cuerpos apilados, parcialmente quemados, con signos de violencia y restos de sangre.
Sin embargo, la investigación por esclarecer las causas de la muerte de los tres hermanos no se prolongó. El prestamista se entregó voluntariamente el 22 de enero del 2024 en el cuartel de la Benemérita de Arganda del Rey: "Buenas, soy el asesino de los tres hermanos de Morata... Yo los he matado".
No obstante tras decretar el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº5 de la ciudad prisión provisional, con una mancuerna del gimnasio de la cárcel de Estremera, asesinó a su compañero de celda.
La decisión del jurado
Este martes, el jurado popular tendrá que determinar si el asesino confeso era plenamente consciente de sus facultades mentales o las tenía alteradas. Durante la instrucción, su defensa encargó una pericial mental, siendo posteriormente diagnosticado con un trastorno de personalidad con rasgos paranoides.
Cabe destacar que aunque sufriera enajenación mental no le hace inimputable, sin embargo le rebajaría la pena de cárcel al considerarse un atenuante. La prueba pericial de los forenses tras su detención es clave en el caso.
De cara al juicio, la Fiscalía le imputa de tres delitos de homicidio atenuante de alteración psíquica y uno de quebrantamiento de condena. Del mismo modo que considera que en el momento de los delitos tenía disminuida levemente sus capacidades intelectivo-volitivas al presentar "un trastorno de personalidad donde predominan los rasgos paranoides, junto a una carga progresiva de frustración vivencial situacional".
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