Conflicto Rusia Ucrania

La huida en coche desde Ucrania de un empresario de Zaragoza y su familia: "los toros mejor verlos desde la barrera"

Tras al aumento de la tensión y la recomendación de Exteriores, Arturo y su mujer metieron en el maletero todo lo que pudieron. Ahora mismo van con sus dos hijos rumbo a la capital aragonesa, donde esperan llegar entre este miércoles y el jueves.

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Arturo Rambla lleva 22 años viviendo en Ucrania. Allí ha formado su familia y allí tiene su empresa. Se dedica a importar productos de alimentación y distribuirlos en el país. Sin embargo, ha tenido que dejarlo todo atrás. La creciente tensión en la zona y la recomendación de Exteriores de abandonar el país, les ha hecho tomar una dura decisión, la de marcharse.

"Miramos billetes de avión y costaban cerca de mil euros", nos cuenta Arturo, "y encima corres el riesgo de que te cancelen el vuelo". Por eso y "porque en el coche podemos llevarnos más cosas" decidieron hacer el recorrido por carretera. Son cerca de 3.500 kilómetros y 3 días de viaje hasta Zaragoza, donde les espera la familia de él. "A nuestro hijo pequeño no le gusta viajar en coche, así que iremos poco a poco para que no se les haga muy duro".

"No sabíamos ni qué coger"

Arturo nos relata con tristeza esos momentos de no saber ni qué llevarse: "ropa para una semana, para un mes... esto no se sabe ni cuándo ni cómo termina. Hemos cogido la documentación, calzado… creemos que llevamos todo lo que podemos necesitar, aunque se nos ha olvidado el ordenador para que los niños puedan ir a clase online", explica, a un día de que, según Estados Unidos, comience el ataque de Rusia a Ucrania.

Reconoce que el día a día en Kiev es de normalidad, "quizás porque los ucranianos se han acostumbrado a vivir con el aliento en la nuca". Pero aún así nos dice "tenemos miedo y los toros mejor verlos desde la barrera, así que estaremos en Zaragoza".

Mientras conduce rumbo a Europa, Arturo recuerda "todo lo que hemos dejado atrás, que no sabemos si podremos recuperar o no... tenemos almacenes, nuestro negocio al que nos dedicamos y no sabemos qué va a pasar, es una absoluta incertidumbre".

Lo peor es que "la familia de mi mujer se ha quedado allí, ella lo está pasando muy mal y no para de llorar". Les asaltan además infinidad de preguntas sobre su futuro más inmediato: "qué vamos a hacer en España, a qué nos vamos a dedicar allí".

Primera parada en Polonia

Cuando se van acercando a la frontera con Polonia, ven colas inmensas de camiones esperando para salir del país: "supongo que habrá más controles y tardarán más". Una vez en territorio europeo hacen su primera parada en un hotel para descansar. Llevan 14 horas de viaje y 1.100 kilómetros recorridos. Apenas consiguen conciliar el sueño unas horas: "no es fácil porque te vienen muchos pensamientos a la cabeza".

Los niños, de 10 y 2 años, piensan que ya están en España, sin ser conscientes del camino que les queda por delante. "No entienden muy bien, nos preguntan que por qué tardamos tanto, hay muchas preguntas que tenemos que responderles".

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