Los Mossos d'Esquadra han detenido a dos personas en Cornellà de Llobregat (Barcelona) por su supuesta relación con la desaparición de Janet Jumillas, de 39 años, el pasado 13 de marzo en este municipio de barcelonés.
A media mañana han detenido a un hombre en Cornellà y han registrado hasta pasadas las 17.30 horas su domicilio, con la presencia del arrestado y de miembros de la policía científica. En el registro del domicilio, agentes de la unidad científica de los Mossos han rastreado, entre otras estancias, un patio del edificio, donde han buscado en el interior de unas macetas, en búsqueda de pistas que les puedan ayudar a descubrir el paradero de la mujer.
Los agentes han arrestado a otro sospechoso, en una investigación que sigue abierta, por lo que no se descarta que haya más implicados. El primero de los detenidos es un conocido de la desaparecida, pero que en principio no mantenía ninguna relación sentimental estable con ella.
El titular del juzgado de instrucción número 4 de Cornellà ha decretado el secreto de sumario en relación con la desaparición de Jumillas, una vecina de Viladecans (Barcelona) cuya familia no tiene noticias de ella desde el pasado 13 de marzo.
La Unidad Central de Desaparecidos de los Mossos d'Esquadra asumió las pesquisas por la desaparición de esta mujer, después de que en los primeros días no se descartó que se tratara de una fuga voluntaria. La mujer, con dos hijos, se desplazó el miércoles 13 de marzo a Cornellà para hacer unas gestiones en la delegación de Hacienda y después ya no se supo más de ella.
Los Mossos localizaron su coche el lunes 18 de marzo, aparcado correctamente en la vía pública en los alrededores de la sede de Hacienda en Cornellà, aunque no se apreciaba ningún signo de criminalidad. El vehículo estaba situado a unos diez minutos a pie del domicilio del primer detenido que los Mossos han registrado durante todo el día en búsqueda de pistas para tratar de localizar a la mujer.
Los familiares de la mujer afirmaron desde su desaparición que no habría abandonado nunca voluntariamente a sus hijos, ni tampoco dejaría de contestar a las llamadas de sus padres, que están enfermos, por lo que estaban convencidos de que detrás de su ausencia existe un móvil criminal.
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