Dos agentes de la Ertzaintza

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TENÍA RESIDENCIA EN GUIPUZCOA

La Ertzaintza propicia la liberación de un ciudadano paquistaní secuestrado y torturado en Irán

Agentes de la Ertzaintza han posibilitado la liberación de un ciudadano paquistaní que fue secuestrado por un grupo criminal cuando viajaba por Irán y que sufrió diversas torturas y agresiones durante su cautiverio, en una operación que ha concluido con la detención de los tres captores.

Una investigación de la Ertzaintza propició en octubre la liberación de un ciudadano paquistaní secuestrado por un grupo criminal en Irán, y cuya captura fue denunciada por el hermano de la víctima en una comisaría de Gipuzkoa. El trabajo del grupo negociador de la Ertzaintza, supervisado por un juzgado de San Sebastián y en coordinación con la Policía Nacional, concluyó con la liberación del rehén sano y salvo y la detención de los tres secuestradores.

Según ha informado el Departamento vasco de Seguridad, el caso ha estado en secreto hasta ahora hasta dar por concluida la investigación. Un segundo rehén sin vínculo con el País Vasco fue liberado también en la misma operación. El pasado 14 de octubre un ciudadano paquistaní con residencia en Guipuzcoa denunció el secuestro de su hermano, que se encontraba realizando un viaje por carretera desde Irán hacia Turquía, en una zona próxima al paso fronterizo con Mako (Irán), dentro del viaje que había iniciado con destino a España. Los secuestradores, pertenecientes a grupos kurdo iraníes, exigían a la familia el pago de un rescate en dinero para su puesta en libertad.

Una vez conocidos los hechos, agentes de Investigación Criminal de la Ertzaintza especialistas en delitos contra las personas y que forman parte del Grupo de Negociación, asumieron el caso, dando inicio a las tareas de negociación para lograr la liberación del secuestrado.

Esa labor se prolongó casi dos semanas hasta propiciar su puesta en libertad el pasado 25 de octubre en Irán cerca de la frontera con Turquía. El arresto de los secuestradores se llevó a cabo horas después por la Gendarmería turca en territorio de este país y cerca de esa misma frontera.

Toda la investigación fue supervisada por el Juzgado de Instrucción número 1 de San Sebastián. Asimismo, se activaron los protocolos internacionales establecidos, dando comunicación a Interpol, a la embajada de Pakistán y abriendo una vía de comunicación rápida con el agregado de policía de la embajada de España en Turquía. Para esa tarea se contactó con la Sección Central de Secuestros y Extorsiones de la Policía Nacional, con quienes el Grupo de Negociación de la Ertzaintza mantuvo comunicación.

Por la investigación realizada se tiene conocimiento de que, junto al ciudadano paquistaní secuestrado, lo estaba, al menos, otra persona de su misma nacionalidad que también quedo en libertad ese mismo día 25 de octubre. A ambos rehenes los cambiaban de localización de forma continua para evitar ser localizados. Los rehenes estuvieron cautivos en una zona montañosa próxima al paso fronterizo de Mako, así como en pequeños edificios en poblaciones cercanas a dicha localidad.

Los secuestrados sufrieron agresiones físicas y psíquicas continuas por parte de sus captores, e incluso remitieron a sus familiares imágenes de las citadas torturas y lanzaron amenazas verbales contra la integridad física de los cautivos. El denunciante residente en Gipuzkoa llegó incluso a atender llamadas de su hermano en las que suplicaba el pago del dinero para acabar con el sufrimiento. La tarea de negociación de la Ertzaintza contó con la complejidad de la distancia física y el uso del 'urdu', idioma nacional en Pakistán, lo que hizo necesario un servicio de traducción.

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