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INTENTABA ROBAR EN UN CONVENTO

Condenado a cuatro años de cárcel por ponerle una navaja en el cuello a una monja

Luis Miguel G.Y entró en el Convento de las Siervas del Evangelio, en Valladolid, con el propósito de llevarse algo de valor. Al ser sorprendido amenazó a una de las religiosas con una navaja. Con 70 antecedes policiales, el autor de los hechos está considerado como un experto delincuente especializado en robos en colegios y centros religiosos.

El Juzgado de lo Penal número 3 de Valladolid ha impuesto una pena de cuatro años de cárcel a Luis Miguel G.Y, el individuo que el pasado 21 de abril fue detenido en la capital, gracias a la colaboración ciudadana, tras intentar robar en el Convento Nazaret de las Siervas del Evangelio y poner en el cuello a una de las monjas una navaja de grandes dimensiones.

Al condenado, que tiene un historial de setenta antecedentes policiales y varias condenas, se le imponen cuatro años de cárcel y además deberá indemnizar a la religiosa afectada con 900 euros por daños morales.

Luis Miguel entró en el Convento de las Siervas del Evangelio, situado en la calle Villanubla, en el barrio de La Victoria, con el propósito de llevarse algo de valor. Al ser sorprendido por una monja de edad avanzada optó por huir de forma precipitada amenazando a otra de las religiosas con una navaja de tipo mariposa y 13 centímetros de hoja con el fin de que abriera la puerta del inmueble y le dejara escapar.

Pese a ello, las hermanas salieron a la carrera en persecución de Luis Miguel G.Y, ante lo cual algunos vecinos que se hallaban en las inmediaciones se sumaron a la caza del delincuente, hasta que finalmente uno de ellos, Pedro Antonio R.S, le dio alcance en la zona del Parque del Canal de Castilla y logró reducirle, no sin que antes el perseguido le amenazara con rajarle y le acometiera con la navaja.

Un experto delincuente
Los agentes, además de varios destornilladores, guantes y una linterna, requisaron al individuo la navaja en la orilla del Canal de Castilla, lugar al que había arrojado el arma tras ver a la policía y con el intento de hacer desaparecer toda prueba incriminatoria.

La policía le tiene por un experto delincuente contra la propiedad, con un número muy amplio de detenciones por hechos anteriores, de carácter itinerante, que no fija su residencia en ciudad alguna y únicamente recala temporalmente en aquellas que son objeto de su actividad delictiva. Además, está considerado como un hombre peligroso, ya que no duda en emplear la intimidación y el uso de armas blancas en caso de ser sorprendido y verse acorralado.

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