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LA ACUSACIÓN PIDE 45 AÑOS DE CÁRCEL

El 'falso monje shaolín' reconoce los asesinatos: "Sí, lo reconozco todo"

Juan Carlos Aguilar, de 49 años, conocido como el falso monje saholín, ha admitido hoy los asesinatos de la mujer nigeriana Maureen Ada Otuya y la colombiana Jenny Sofía Rebollo, cometidos en junio de 2013 en Bilbao.

Juan Carlos Aguilar, el 'falso monje Shaolín', de 49 años, acusado de asesinar a Yenny Sofía Rebollo y a Maureen Ada Otuya, más conocido como 'falso monje shaolin', ha admitido ante el jurado que le enjuicia desde este viernes por la muerte de ambas mujeres, que golpeó y asesinó a sus víctimas en mayo y junio de 2013, respectivamente. Puesto en pie, Aguilar ha respondido a las preguntas del Ministerio Fiscal, con escuetas afirmaciones y gestos de cabeza.

De esta forma, se ha mostrado de acuerdo con el reconocimiento de ambos asesinatos. Aguilar no ha respondido a las preguntas del resto de acusaciones. El fiscal le ha interrogado sobre los hechos recogidos en su escrito, que ha admitido el acusado.

De esta manera, ha reconocido que a las 3.00 horas del 25 de mayo de 2013, se encontraba en el interior de su vehículo, un Mitsubishi, en la calle General Concha de Bilbao cuando apareció Jenny Rebollo, a la que ha dicho no conocer con anterioridad.

Posteriormente, ambos se dirigieron al gimnasio que éste regentaba, ubicado en la calle Máximo Aguirre, y allí maniató a la mujer y la agredió, con puñetazos y patadas, hasta matarla. También ha admitido que, sobre las seis de la mañana del 2 de junio del mismo año, abordó a Maureen Ada Otuya, y se dirigieron al gimnasio con intención de mantener relaciones sexuales. La mujer intentó huir y, entonces, el imputado la devolvió al interior del local. Posteriormente, tras atarla por las muñecas y el cuello, la golpeó y la estranguló con una soga y bridas hasta acabar con su vida.

No tiene trastornos psicológicos y se ha converitod en un líder en prisión
En su escrito de calificación, el fiscal señala que, sobre las 3.20 horas del 25 de mayo de 2013, Juan Carlos Aguilar se encontraba en el interior de su vehículo, un Mitsubishi, en la calle General Concha de Bilbao cuando apareció Jenny Rebollo.

Rebollo iba acompañada de un hombre que la estaba importunando y, como ésta conocía al 'falso Shaolín', accedió a subirse al vehículo, y ambos se dirigieron al gimnasio que éste regentaba, ubicado en la calle Máximo Aguirre.

Una vez en el local y sin que se haya podido determinar la hora exacta, el acusado, que había maniatado a la mujer, la agredió hasta ocasionarle la muerte, sin que se haya determinado la causa del fallecimento porque los días siguientes el acusado descuartizó el cadáver para deshacerse de él.

En este todo caso, la acusación mantiene que el procesado actuó "de manera súbita, imprevista e inesperada, sin dar posibilidad alguna de defensa o de huida", y con el ánimo de acabar con la vida de la víctima.

Respecto al crimen de Maureen Ada Otuya, ocurrido después del Jenny Sofía Rebollo, los escritos de acusación relatan que, sobre las 6.00 horas del 2 de junio de 2013, el acusado contactó en las inmediaciones de un bar de la calle General Concha de Bilbao con la víctima.

Posteriormente, Juan Carlos Aguilar la llevó al gimnasio y, "actuando de manera súbita, imprevista e inesperada, sin dar posibilidad alguna de defensa o huida" de la joven, "le inmovilizó por brazos y cuello", y la golpeó brutalmente en la cabeza y en el abdomen. Finalmente, con el objetivo de "poner fin a la vida" de Otuya, la estranguló con una soga.

En ese momento, la Ertzaintza, alertada por vecinos, accedió al gimnasio y detuvo a Aguilar. La víctima ingresó en el hospital en estado de coma y falleció el 5 de junio como consecuencia de una "encefalopatía anóxica secundaria a una asfixia por estrangulación".

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