Monjas de Belorado

El Cisma de Belorado comienza un año después su "vía crucis" judicial

El abogado de las cismáticas ha recusado a la jueza en la vista del desahucio la próxima semana en un intento por alargar el proceso.

Las exreligiosas del convento de las Clarisas de Belorado

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Ha pasado un año desde que el Monasterio de Santa María Bretonera de Belorado, en Burgos, se convirtiera en el escenario del primer cisma en la Iglesia Católica del sigo XXI. Fue el 8 de mayo de 2024 cuando, en su manifiesto explicaban que no reconocían a ningún Papa desde Pío XII y, por tanto, tampoco la autoridad de la Santa Sede. Trescientos sesenta y cinco días después, el conflicto ha llegado a los tribunales.

Las exmonjas de Belorado, acompañadas por tres abogados y su jefe de comunicación, Francisco Canals, Laura García de Viedma, Susana Mateo, María Paz Ana Rubín e Isabel Jiménez han acudido a los juzgados de Briviesca en medio de un importante despliegue policial para ratificar su denuncia contra el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, por abuso de poder, usurpación de la representación legal y vulneración del derecho de asociación.

Las cuatro exreligiosas han coincidido en el edificio con el comisario pontificio y sor Amparo, la primera monja clarisa que decidió abandonar el convento tras la llegada de José Ceacero y Pablo de Rojas porque no quería unirse "a una secta", aunque no se han visto en ningún momento.

La denuncia, que fue archivada en julio de 2024, se ha reabierto a petición de la Audiencia Provincial de Burgos, aunque con la petición de su sobreseimiento por parte del Ministerio Fiscal que ni siquiera se ha personado en la vista.

Mario Iceta ha respondido de forma "tranquila y serena" a las preguntas de la jueza y su abogado, mientras que se ha acogido a su derecho a no declarar ante los letrados de las ex Clarisas. "No ha habido coacciones de ninguna clase", ha afirmado. Y ha asegurado que la Iglesia llegará hasta el final para restablecer la "verdad y la justicia". Además, ha calificado de "festival" el montaje realizado en Briviesca por las exmonjas y su equipo y tacha de "rocambolesca" la historia de su escisión de la Iglesia.

Junto a él, sor Amparo ha confesado que, aunque en los últimos tiempos se apreciaban algunas "anomalías" en el convento, el cisma "fue una sorpresa" para ella porque "lo llevaron entre ellas, en un grupo, y nadie pudo saber nada".

Sor Amparo considera que es "difícil" saber lo que buscan, "es un poco raro todo". Y muestra su pesar por lo que está ocurriendo. "Me da lástima porque hemos estado viviendo una vida de comunión, al menos exteriormente, de fraternidad y, de repente, que salga todo esto...", explica muy afectada. Añade que no se consultó, y tampoco se consensuó nada, con el resto de religiosas.

Esta vista se ha producido apenas una semana antes de que se celebre, el 13 de mayo, la relativa al desahucio de las exmonjas. En este sentido, su abogado Florentino Aláez ha informado al término de la vista que su equipo ha recusado a la jueza de Briviesca para que no presida ese juicio porque, en su opinión, "está instruyendo diligencias penales" en otras dos causas, la de la venta del oro y la celebrada contra el comisario pontificio, por lo que tiene un "conocimiento extraprocesal y extrajudicial de los hechos".

Para la defensa, se trata de "un prejuicio" que le inhabilita. "No puede instruir y al mismo tiempo fallar" en otro proceso que trata "sobre los mismos efectos". De aceptarse dicha recusación, la defensa conseguiría un nuevo retraso en el proceso de desahucio que contra estas mujeres se sigue por su ocupación ilícita del monasterio de Belorado. A Florentino Aláez y Enrique García de Viedma, hermano de una de las exmonjas, se une ahora un nuevo letrado de un bufete de Barcelona para ejercer su defensa.

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