Agricultura
El campo no se detiene: los agricultores recogen cereal bajo temperaturas extremas
Cuando media España está en la playa y la otra mitad en las piscinas, nuestros agricultores cosechan cereales a casi 40 grados en plena ola de calor. Cuantos más grados marca el termómetro, más suelto sale el grano durante la trilla de la cosechadora, y mejor resulta la cosecha. Sin embargo, el riesgo de incendios también aumenta, así como las restricciones en las horas permitidas para cosechar.

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Cuanto más calor hace, mejor se recoge la cosecha de los cereales y legumbres, como las lentejas. Esto es así porque, a mayor temperatura, más suelto sale el grano cuando es trillado por la cosechadora en los campos. Así nos lo cuenta el joven agricultor de ASAJA, Jesús María Castillo Pérez, de Villamayor de Santiago.
Jesús nos explica que, por esta razón, se ven obligados a trabajar en plena ola de calor y no pueden parar, porque necesitan recoger toda la cosecha posible antes de que las tormentas la malogren. Si las lentejas se humedecen, muchas de ellas se mancharán y ya no tendrán salida en el mercado.
Ellos trabajan en los campos de Villamayor de Santiago, en Cuenca. Pero en toda Castilla-La Mancha, Extremadura y, en general, el sur de la Península, las cosechadoras ya están trabajando a todo gas, aunque las temperaturas rocen los 40 grados.
El calor extremo favorece la cosecha de cereal
Acompañamos a Jesús en los trabajos de recolección de lentejas, que está realizando estos días con su tío Fernando Pérez, también de ASAJA. Ambos nos cuentan que el trabajo debe hacerse con este calor extremo, lo cual supone un riesgo alto de sufrir golpes de calor y mareos, algo que los agricultores deben prevenir. Fernando nos comenta que no es la primera vez que se registran casos de agricultores fallecidos por golpes de calor en la comarca. Por eso, es necesario hidratarse continuamente, trabajar en el interior de las grandes máquinas equipadas con aire acondicionado y evitar trabajar solos: siempre en compañía, para recibir ayuda en caso de desfallecimiento.
Los agricultores deben parar de cosechar si los mapas de riesgo de incendios lo indican
Otro de los grandes peligros al trabajar en esta ola de calor es el riesgo de incendios agrícolas. En Castilla-La Mancha, donde nos encontramos, los agricultores deben consultar todos los días el mapa con el riesgo de propagación de incendios, según el cual se marcan restricciones a la hora de cosechar si hay un riesgo muy alto.
Fernando Pérez nos cuenta que, si ese es el caso, se suele parar de dos a cinco de la tarde, la franja en la que el riesgo es más alto. En cualquier caso, la decisión de detener la cosecha dependerá del calor y del riesgo de incendios. Por eso, Jesús Castillo apoya la necesidad de ser muy precisos con ese mapa de riesgo, porque si se exagera, se podría parar la cosecha en balde, deteniendo la cadena productiva. No obstante, Jesús nos dice que siempre hay que seguir las normas para tomar las máximas precauciones.
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Los agricultores inspeccionan continuamente sus máquinas para evitar sobrecalentamientos y fallos eléctricos que puedan provocar un incendio. Todos colaboran en una época muy peligrosa. Sus cereales, nuestro pan, están en juego. Y los bosques cercanos, también.
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