Los mayores a trabajar y los pequeños a pasarlo bien y a jugar, pero sin necesidad de salir de la urbanización. Se trata de campamentos que se organizan en las zonas comunes de una urbanización, como por ejemplo en un ático, dónde en cada rincón hay una actividad.
Rocío y Almudena son dos maestras que cuando estaban en paro, pusieron en práctica la idea de montar un campamento a domicilio hace 4 años. Comenzaron con 15 urbanizaciones de Madrid y ahora casi llegan a las cien.
Son campamentos a la carta casi sin salir de casa donde hay actividades por edades y talleres muy distintos para que no se aburran. Los padres eligen el horario. "A los padres les cuesta desde 51 euros hasta 85 por semana, depende del número de niños", asegura una de las maestras.
"No necesitamos que las instalaciones sean impresionantes nosotros nos adaptamos". Sus creadoras aseguran que es una buena forma de que los niños que tienen miedo de ir a campamentos se sientan más seguros porque están más cerca de sus padres.
Para formar grupo necesitan un mínimo de cuatro niños de tres a diez años. No dan comidas porque a medio día vuelven a su casa después de una mañana sin parar.
