El exalcalde de Marbella Julián Muñoz y el exasesor urbanístico Juan Antonio Roca durante el juicio en la Audiencia Provincial de Málaga

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CASO MALAYA

La ausencia del abogado de Julián Muñoz suspende el juicio contra el exalcalde y Roca

El juicio contra el exalcalde de Marbella Julián Muñoz y el exasesor urbanístico Juan Antonio Roa, pendiente de ser celebrado este lunes, ha sido suspendido por la incomparecencia del agobado de Julián, Eduardo Zuleta. En caso de no justificar la ausencia del letrado en un plazo de cinco días, se tramitará un expediente disciplinario de sanción. Muñoz y Roca se enfrentan a una petición fiscal de siete años y medio de prisión cada uno.

La incomparecencia del abogado del exalcalde de Marbella Julián Muñoz, Eduardo Zuleta, ha obligado a suspender el juicio que se iba a celebrar este lunes contra el exregidor y el exasesor urbanístico del Ayuntamiento marbellí, Juan Antonio Roca, por malversación de caudales y prevaricación.

Tras una deliberación de media hora, el presidente del tribunal ha decidido suspender el juicio para preservar todas las garantías fundamentales y no causar indefensión a Julián Muñoz ni al resto de las partes personadas en el procedimiento.

Antes de suspender el juicio, el magistrado ha advertido de que en caso de que no se justifique en un plazo no superior a los cinco días los motivos por los que no ha acudido el letrado, se tramitará un expediente disciplinario de sanción. Fuentes judiciales han indicado que, al parecer, el letrado está enfermo, pero no ha presentado, hasta el momento, un certificado médico.

La vista oral ha quedado fijada para el 29, 30, 31 de mayo y 1 de junio, si bien el presidente de la Sala ha pedido al resto de abogados que comprueben en un plazo de tres días si no tienen señalado en esas fechas otros juicios. Pese a que Roca está en prisión, este lunes ha acudido a la Ciudad de la Justicia sin escolta policial tras una autorización de Instituciones Penitencias que le ha permitido no ser conducido por las fuerzas de Seguridad del Estado, la primera vez desde su ingreso en prisión.

El pasado mayo el tribunal que juzgó el caso Malaya acordó la acumulación de condenas firmes y la refundición de las penas impuestas hasta el momento y fijó la pena máxima que deberá cumplir Roca en 20 años, que es el máximo legal establecido.

Muñoz y Roca se enfrentan a una petición fiscal de siete años y medio de prisión cada uno por supuestas irregularidades urbanísticas a través de la firma de dos convenios con la sociedad Lorcrimar. Según el escrito acusatorio de la Fiscalía Anticorrupción, debido a dichos convenios hubo un perjuicio económico de 2.84 millones de euros al Ayuntamiento de Marbella.

Anticorrupción mantiene que desde que el fallecido Jesús Gil ganó las elecciones en 1991 dejó de firmar documentos para no comprometerse en las ilegalidades que se sucederían, y los responsables municipales gestionaron el patrimonio público "en su propio beneficio y lucro personal".

Roca, desde Planeamiento 2000, era "el verdadero gestor del hecho en el Ayuntamiento en materia urbanística" y controló la práctica totalidad de los convenios que modificaban el planeamiento existente para incorporarlos a la revisión del PGOU de 1986, señala la Fiscalía.

El fiscal afirma que se rodeó de un equipo que elaboraba los documentos con el que negociaba arbitrariamente comprometiendo el patrimonio municipal y que Roca negoció en su propio interés con el suelo de Marbella y acordó la entrega de bienes municipales como pago de presuntas deudas en los convenios en los que se alteraban los parámetros existentes, favoreciendo a terceros o a sí mismo.

El control de Roca necesitaba el concurso y ratificación formal de sus decisiones, pero, según el fiscal, no tuvo problemas ya que "compraba la voluntad de los concejales" con un sistema de pagos en metálico.

Todos los implicados creían tener la coartada y se sentían "impunes": el alcalde, porque no firmaba nada y el alcalde accidental, que no sabía lo que firmaba o confiaba en la legalidad de lo que le ponían a la firma. Por su parte, el gerente, que no tenía ni cargo ni título para gestionar las competencias, y los concejales, que firmaban ajenos a las ilegalidades porque ellos no entendían de urbanismo, indica la Fiscalía.

Los empresarios creían "que la entrega de dinero era necesaria para trabajar con los ayuntamientos, el de Marbella, y probablemente de la mayoría de municipios", pero dicho dinero les aseguraba altos porcentajes y márgenes de beneficio.

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