Cáncer
Las quemaduras solares de la infancia pasan factura: aumenta el riesgo de padecer cáncer en la edad adulta
La exposición prolongada al sol o el mal uso de las cremas solares incrementan las posibilidades de melanoma

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La apertura de las piscinas, que suele coincidir con la clausura del curso escolar, y la llegada de las calurosas temperaturas marcan el inicio del verano. El sol vuelve a ser el principal protagonista en estas fechas y vuelve a suponer un riesgo para la piel, especialmente para la de los menores.
Los dermatólogos siguen insistiendo en la importancia de proteger la piel de los niños durante la infancia para frenar el incremento de este tipo de cáncer en la edad adulta. Según la Fundación Española Piel Sana de la AEDV, en la última década, el cáncer de piel ha aumentado casi en un 50%. En España, según la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN), se registran más de 8.000 nuevos casos anuales. En la mayoría de los casos, las personas que padecen esta enfermedad es por la continua exposición a la radiación ultravioleta (UV).
Eduardo Nagore, responsable europeo de la campaña Euromelanoma de la Fundación Piel Sana de la AEDV, lo explica de esta manera: “la piel tiene memoria y el daño que produce el sol se manifiesta de manera tardía. Es decir, el daño que reciba durante esas etapas iniciales puede ser determinante para padecer cáncer en la edad adulta porque es cuando se desarrollan las células dañadas”.
Aunque hay factores que no pueden modificarse como los antecedentes familiares o ciertas mutaciones genéticas, hay uno que puede cambiar: las quemaduras solares. Precisamente, el 25% de la exposición solar total que las personas reciben a lo largo de su vida ocurre antes de cumplir los 18 años, según datos de la Skin Cancer Foundation. A raíz de ese porcentaje, son muchas las fundaciones que llevan a cabo campañas de sensibilización en las que insisten en la correcta vestimenta o el cuidado correspondiente según la edad del niño para evitar la exposición prolongada al sol.
Más problemas en la adolescencia
Un 62% de adolescentes sigue asociando bronceado con belleza, según un estudio de Cantabria Labs. Además, consideran que esta creencia se debe a “la influencia de las redes sociales y a los estereotipos de belleza actuales, que están perjudicando el mensaje más importante: el bronceado no es saludable”. Asimismo, como sucede en los niños, la piel de los adolescentes aún está en crecimiento, por lo que se quema con mayor facilidad y permanece mucho más tiempo dañada.
¿Cómo deberían protegerse los más jóvenes?
Desde Banner Health, se recomienda usar un protector solar de amplio espectro con FPS 30 y reaplicarlo cada dos horas después de nadar y sudar, utilizar productos autobronceadores para obtener un brillo que no dañe la piel o usar ropa protectora como sombreros, gorras, gafas de sol y mangas largas que bloquean los rayos UV.
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