Hacer ejercicio

Esta es la fórmula para reducir la mortalidad en personas sedentarias

La solución es caminar rápido durante 50 minutos a la semana. Esto supondría aumentar la vida de las personas que llevan décadas inactivas

Una mujer caminando con su perro

Una mujer caminando con su perro Pixabay

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En España cerca del 70% de las personas que visitan a su médico de cabecera no alcanzan los niveles mínimos de actividad saludable recomendados. Estos serían 150 minutos semanales. Equivaldría a caminar rápido 25 minutos al día, bailar durante ese mismo tiempo o sumar esos minutos a hacer aeróbic o jugar partidos de pádel.

La tasa de mortalidad en las personas que son activas se reduce entre un 30% y un 60% respecto a las que no lo son. También favorece a las enfermedades. Reduce la incidencia, en mayor o menor medida, de prácticamente todas las afecciones.

Para demostrar estos beneficios un equipo liderado por la Unidad de Investigación de Atención Primaria de Bizkaia del Servicio Vasco de Salud ha hecho un seguimiento. Durante 15 años ha investigado a 3.357 pacientes inactivos de 11 centros de atención primaria españoles. Los resultados se han publicado en la revista British Journal of General Practice. En ellos se muestra que la mortalidad de las personas que alcanzaron las recomendaciones mínimas -150 minutos a la semana de actividad moderada o 75 de movimiento moderado- ha sido casi un 50% menor de los que permanecieron inactivos.

Y otro dato más que nos tendría que poner en movimiento, después de leer esta noticia, es que el 20% de las muertes producidas en el grupo observado no se habrían producido si todos los pacientes inactivos hubieran cumplido las recomendaciones.

Para los que llevan hasta 40 años sin hacer prácticamente ningún tipo de ejercicio, empezar a moverse provoca que aparezcan cambios. Con un incremento de la actividad moderada de 50 minutos semanales se registró una reducción de la mortalidad del 31%

Caminar como terapia

Los profesionales quieren desarrollar estrategias para que se pueda poner en marcha como solución a enfermedades.

"Queremos implementar la actividad física como terapia estándar para personas con patologías crónicas como las cardiovasculares, el cáncer o la diabetes, pero cualquier cambio en la práctica clínica tiene una inercia enorme. Hay profesionales que no tienen la formación necesaria para hacer un plan de actividad física e incluso habría que reorganizar la promoción de la salud pública dentro de las comunidades", asegura Gonzalo Grandes, jefe de la Unidad de Investigación de Atención Primaria de Bizkaia y líder del trabajo.

Los beneficios son evidentes como se demuestra en las pruebas acumuladas, pero las circunstancias a veces nos llevan a seguir haciendo cosas que no nos favorecen. Por eso, este puede ser un buen momento para cambiar.

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