Estados Unidos

La trágica historia de un hombre que ha vivido 36 años tras ser diagnosticado de un cáncer terminal... que no tenía

Jeff Henigson fue diagnosticado con un cáncer terminal a los 15 años. Años después, supo que el diagnóstico era erróneo. Los tratamientos a los que se sometió le han dejado secuelas de por vida.

Un error en el diagnóstico médico le hacen vivir durante 36 años pensando que tenía cáncer terminal

Un error en el diagnóstico médico le hacen vivir durante 36 años pensando que tenía cáncer terminalUnsplash

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Los médicos están sometidos a una inmensa presión a la hora de hacer su trabajo. Aunque lo frecuente es que acierten casi siempre en sus pronósticos, hay algunos casos en los que un diagnóstico erróneo puede arruinar la vida a una persona. Eso es lo que le ha ocurrido a un hombre llamado Jeff Henigson, que ha vivido durante la mayor parte de su vida diagnosticado por un cáncer cerebral terminal... que no tenía realmente, y que fue un error médico.

El diagnóstico equivocado vino después de que le atropellara una camioneta al sufrir un accidente de bicicleta y fuera sometido a una intervención quirúrgica, en agosto de 1986. Los médicos le dijeron que sufría un astrocitoma anaplásico, es decir, cáncer cerebral terminal. Con ello, le avisaron que no viviría más de tres años de vida. Aquello hundió anímicamente al joven, pero pasaron los años mientras se trataba y seguía viviendo, lo cual fue considerado un milagro.

Un neuropatólogo ya jubilado, llamado Karl Schwarz, se puso en contacto con él y le pidió que le mostrara los informes médicos. Finalmente, y tras revisar las pruebas, le dijo que el diagnóstico era equivocado y que era imposible que hubiera vivido más de tres décadas con semejante patología. El afectado, que se sometió a quimioterapia durante muchos años, lloró de la emoción, aun a sabiendas de que ello le ha provocado secuelas que tendrá de por vida.

La importancia de consultar una segunda opinión

Aunque nos fiemos de nuestros médicos, el mundo de la medicina está lleno de complicaciones que no pueden resolver todos por igual. Por ejemplo, si en el hospital dicen a un paciente que ha sido diagnosticado de cáncer, el médico de cabecera aconsejará acudir a un profesional que pueda ampliar los detalles más ampliamente que él. Y, sea cual sea el pronóstico, los médicos recomiendan una segunda opinión, sobre todo si el resultado es negativo.

La importancia de una segunda opinión es fundamental para confirmar que el diagnóstico está bien o mal realizado, dado que un simple error médico puede llegar a arruinar la vida de alguien, tal y como le ha sucedido a este hombre, que ya tiene 51 años de edad, y que ha pasado dos terceras partes de su vida creyendo que iba a morir. Una vida truncada por un diagnóstico equivocado, que no ha sido la primera, y por desgracia, es poco probable que sea la última.

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