Brasil

Todos los detalles del asalto a las instituciones en Brasil: esto es todo lo que se sabe

Brasil vivió cinco horas inéditas en la historia de su democracia cuando seguidores de Jair Bolsonaro asaltaron el Congreso, Presidencia y Supremo en la capital.

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Brasil vivió durante la tarde del domingo un momento insólito. Inédito. Miles de simpatizantes del ultraderechista Jair Bolsonaro asaltaron el Congreso Nacional, Presidencia y Corte Suprema de Brasil. Pedían una intervención militar en el país tras la toma de posesión del nuevo presidente Lula da Silva. Después de cinco horas en las que los cimientos de la democracia brasileña presenciaron un conato de derrumbamiento, las autoridades pararon el asalto.

Para situar en contexto lo ocurrido en Brasilia cabe remarcar que el país se encuentra sumergido en tres meses de protestas. Los seguidores del expresidente ultraderechista Bolsonaro no reconocen la victoria de Lula en las elecciones presidenciales de octubre. Llevan meses sin dar tregua. Brasil es un país polarizado. Tras el triunfo del nuevo jefe del Ejecutivo, bloquearon 200 carreteras para interrumpir el transporte de mercancías.

Alerta por atentados en la toma de posesión de Lula

La toma de posesión presidencial del 1 de enero estuvo en el foco de las autoridades brasileñas. Conforme se iban acercando las fechas crecía la tensión y los intentos en Brasil para impedir que Lula tomase su cargo. Brasilia desplegó a toda su Policía para el evento ante la posibilidad de un atentado por parte de los seguidores de Jair Bolsonaro. Durante aquellos días se detectaron artefactos explosivos.

Asalto en Brasilia

Fervientes seguidores del también capitán retirado del Ejército y ultraderechista Jair Bolsonaro acometieron un asalto histórico en la democracia de Brasil. Estos seguidores llevan acampados dos meses frente a la sede de las Fuerzas Armadas en Brasilia para pedir un golpe de Estado. Estos seguidores acampados pasaron a la acción. Llegaron en varios autobuses para cometer los asaltos. Se vivieron duros momentos en la capital hasta que las fuerzas de seguridad disolvieron el asalto. Se han detenido a unas 1.500 personas. El Ejército ha querido mostrarse del lado del presidente Lula da Silva.

Un grupo de agentes intentó frenar el avance de manifestantes frente al Congreso con gas pimienta. Este primer intento no tuvo éxito. Instantes más tarde, manifestantes accedieron a la rampa que da acceso al Congreso y al Palacio del Planalto y a los alrededores del edificio del Supremo. Provocaron destrozos en las instituciones dejando imágenes parecidas al asalto al Capitolio de EEUU en 2021.

La respuesta de Lula y Bolsonaro

Lula da Silva compareció de urgencia para anunciar la intervención federal por el asalto al Congreso, Presidencia y Supremo. "Es preciso que esta gente sea castigada de manera ejemplar y que nadie con la bandera de Brasil haga estas cosas", exclamó. En este sentido, detalló que van a intentar descubrir quién lo financió y "quién pago la estancia de todos los que han venido a realizar el asalto". "Investigaremos también si alguien del gobierno federal está metido en esto", sentenció.

Por su parte, Jair Bolsonaro tardó horas en ofrecer una respuesta. Desde Florida (Estados Unidos) rechazó de una manera tibia el asalto. "Las manifestaciones pacíficas, dentro de la ley, son parte de la democracia. Sin embargo, el vandalismo y las invasiones de edificios públicos como las ocurridas hoy, así como las practicadas por la izquierda en 2013 y 2017, escapan a la regla", escribió en redes sociales.

"A lo largo de mi mandato, siempre estuve dentro de las cuatro líneas de la Constitución y defendiendo las leyes, la democracia, la transparencia y nuestra sagrada libertad", detallaba un Bolsonaro que cargaba contra Lula por sus "acusaciones sin pruebas".

Más de 1.500 detenidos y las represalias

El asalto terminó después de cinco horas de intervención policial. Las autoridades retomaron el control del Congreso, del Palacio de Planalto (Presidencia) y de la sede de la Corte Suprema. Se ordenó el cierre del centro de la capital, incluida la avenida principal en la que se encuentran edificios gubernamentales y administrativos.

A diferencia del Capitolio, el Congreso en Brasilia estaba vacío, solo empleados de servicios esenciales se encontraban allí en la invasión. Por el momento 1.500 personas han sido detenidas. La pena que afrontan es de hasta 12 años de cárcel por intento de golpe de Estado.

Dura respuesta internacional

La mayoría de los simpatizantes -que llevan camisetas amarillas y verdes y banderas de Brasil- compartieron a través de las redes sociales la situación que se está viviendo en su interior: en las imágenes se pudo ver a los asaltantes sentados en la mesa principal de la cámara u ocupando los asientos de los congresistas.

Ante ello, varios rostros públicos de distintas partes del mundo han mostrado su apoyo al presidente de Brasil. En el caso de España, el presidente Pedro Sánchez, mostró su apoyo desde su perfil de Twitter: "Todo mi apoyo al presidente y a las instituciones libre y democráticamente elegidas por el pueblo brasileño". Asimismo, condenó "rotundamente" el asalto al Congreso de Brasil e hizo un llamamiento "al inmediato retorno a la normalidad democrática".

Joe Biden, presidente de Estados Unidos, fue contundente ante un acto "inaceptable": "Condeno el asalto a la democracia y al traspaso pacífico del poder en Brasil". Emmanuel Macron, presidente de Francia tuiteó en portugués que "la voluntad del pueblo brasileño y las instituciones democráticas deben ser respetada".

El Alto Representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores Josep Borrell se mostró "consternado por los actos de violencia y la ocupación ilegal de la sede del gobierno de Brasilia por parte de extremistas violentos". La comunidad internacional mandó un mensaje de apoyo a Lula.

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