Las autoridades de Moscú esperan que se establezca un nuevo récord en el número de participantes en las tradicionales zambullidas en agua helada, con ocasión de la Festividad del Bautismo de Cristo. "El número de participantes en 2012 fue de 120.880 personas. Según nuestras previsiones, superaremos el récord del pasado año", afirmó Yuri Artiuj, jefe del departamento de Cooperación Interreligiosa del Ayuntamiento de Moscú.
Explicó que las autoridades locales han habilitado 54 lugares para el baño bautismal, 15 de ellos situados en zonas verdes, de los que el más grande tendrá 25 metros de largo por 4 de ancho. Artiuj indicó que esos lugares, que estarán abiertos durante todo el día de mañana hasta la madrugada, cuentan con un vestuario para entrar en calor y un baño y cumplen todos los requisitos higiénicos.
Además, habrá un equipo de salvamento y otro sanitario, al tiempo que varios agentes de policía garantizarán el orden en la jornada, en la que se rememora el bautismo de Jesucristo por San Juan Bautista en el río Jordán. "Todo los bañistas seguirán las instrucciones de los funcionarios del Ministerio de Situaciones de Emergencia. A las personas en estado ebrio se les prohibirá el paso", dijo.
Según las previsiones meteorológicas, en la capital rusa por la noche las temperaturas rondarán los 12 grados bajo cero, mientras en otros lugares como San Petersburgo los termómetros marcarán unos 18 grados bajo cero y en Jabarovsk (Lejano Oriente ruso) unos 30 grados bajo cero. "Ésta será mi primera vez.Todos hablan de que es una bendición, que no sientes el frío, que es muy sano y que después te sientes limpio", aseguró Dmitri Titov, químico de profesión.
Titov, de 27 años, añadió: "Tengo un amigo que ha ido ya tres veces. Finalmente, yo también me decidí a probar. En parte, por interés deportivo. ¿Puedo o no puedo? No vaya a ser que también me ayude a purificar el karma". Los popes bendicen con crucifijos de plata las pozas, estanques, ríos e incluso claros en el mar para que los rusos puedan cumplir su costumbre de la Epifanía, desde Moscú a la península de Kamchatka.
Los creyentes deben descender por una escalera de madera para evitar los resbalones y sumergirse tres veces en el agua, al tiempo que se persignan, piden a Dios que perdone sus pecados y rezan por su propia alma y la de sus seres queridos.
No obstante, muchos otros valientes se zambullen al aire libre en pleno invierno no por fe religiosa, sino porque creen firmemente en que esa clase de baños alivia y previene los catarros, enfermedades coronarias, infartos y derrames cerebrales. Los "morzhí" (morsas), como se conoce en Rusia a los aficionados a los baños invernales a la intemperie, consideran que lo ideal es una temperatura ambiente de doce grados bajo cero, mientras el agua ronda los cero grados.