COVID-19
Israel detecta 20 casos de una nueva subvariante de ómicron que podría tener mayor letalidad
Israel analiza una subvariante de ómicron que podría complicar de nuevo la pandemia de coronavirus, y que ya ha sido detectada en países como Australia, China o Dinamarca.
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Israel ha anunciado, por medio de su Ministerio de Sanidad, el hallazgo de una nueva subvariante de ómicron, que ya estaría circulando por países de todos los continentes. La subvariante detectada ha sido llamada provisionalmente B2 y se está investigando si podría tener mayor letalidad que la cepa ómicron, la cual daba esperanzas de poner fin a la pandemia de coronavirus.
Lo que se sabe por el momento es que Israel ha notificado 20 contagios que tienen esta subvariante, lo que supone una nueva mutación del coronavirus con unos datos provisionales que la asemejan a la "deltacron", la temida variante que mezclaba las cepas delta y ómicron, y que finalmente, fue considerada como un error del laboratorio,
Sin embargo, la aparición de esta nueva subvariante hace temer que el error surgido hace unos días se haya hecho realidad en otra cepa. Israel fue el primer país del mundo en administrar una tercera y una cuarta dosis, e incluso llegó a proponer hace semanas un contagio masivo para que toda la población pudiera generar anticuerpos, lo cual no convenció mucho al sector científico.
Más países ya tienen la subvariante
La subvariante B2 no circula solo por Israel, según se ha informado. Otros países como Australia, China o Dinamarca ya habrían visto contagios con esta nueva cepa, desconocida hasta ahora, y cuyo origen es un misterio que habrá que desentrañar, pese a que se apunta a la India como el lugar donde podría haber surgido, al ser uno de los países con peores datos del planeta y varias mutaciones registradas, siendo la variante delta la más relevante.
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La pandemia continúa descontrolada en todo el mundo, con más de 320,7 millones de contagios, una cifra equivalente a la población total de Estados Unidos. Por otro lado, el número de fallecidos en el planeta supera los 5,52 millones de muertes, aunque sigue bajando el número mundial de decesos mientras el de positivos por COVID-19 no para de incrementarse.
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