De ir a Inglaterra para aprender inglés a vivir en un kebab, encontrarse a la abuela muerta y ayudar en un parto

Dicen que la mejor manera de aprender inglés es hablándolo y, para ello, es muy recomendable viajar a algún país angloparlante. Con este fin se crearon los programas de intercambio, una opción asequible para aquellos padres que quieren mandar a sus hijos a otro país para que aprendan el idioma más hablado del mundo. Sin embargo, a veces no sale como uno espera.

Es lo que le ha ocurrido a Naiara, una joven que ha explicado su experiencia en el Reino Unido en 2016, cuando tenía 16 años, la cual define como "traumática" y "random" ('aleatorio' en inglés). A través de su cuenta de TikTok, cuenta como fue su calvario, el cual comenzó incluso antes de llegar al país británico.

Un restaurante de kebabs, su casa de acogida

Naiara relata que, antes de que empezase su aventura, escribió a su familia adoptiva para decirles que iba a estar con ellos durante todo el verano. "Me ignoraron. Todos habían hablado con sus padres de Inglaterra, menos yo", afirma. A pesar de ello, cogió el vuelo hacia tierras británicas.

Todos los chavales del programa de intercambio fueron recogidos por sus respectivas familias en un polideportivo, hasta que la joven se quedó sola. El misterio se transformó en surrealismo cuando por fin llegó al que iba a ser su dulce hogar durante tres meses: un restaurante de kebabs.

Concretamente, Naiara se iba a alojar en el almacén del establecimiento aunque, afortunadamente, no estaba sola, ya que al menos conviviría con otras chicas de intercambio, además de los hijos de la familia en cuestión. Las condiciones tampoco eran las mejores: los colchones estaban colocados sobre el suelo y únicamente había un baño, y además sin pestillo.

Las vivencias de Naiara durante el programa de intercambio

Precisamente, este baño fue el protagonista de su peor recuerdo. Un día, en el que había quedado con una amiga para pasear por la playa, entró en el lavabo para ponerse "guapa". Una decisión que lamentaría toda su vida. "Entré y vi a la abuela dormida en la bañera. Pensé: 'voy a esperar porque se estará echando la siesta'", recuerda.

Nada más lejos de la realidad. Al cabo de un rato, comprobó que la mujer seguía allí y, tras avisar a la madre de acogida, se marchó de "la casa de locos" para irse con su amiga, sin darle importancia al asunto. Al final, resultó que la pobre anciana había fallecido.

Poco después, le ocurrió algo diametralmente opuesto. La novia de uno de los hijos de la familia de acogida irrumpió en el restaurante, anunciando que había roto aguas y que iba a tener el bebé allí. Y, ¿a quién le tocó ayudar? Exacto, a Naiara. Eso sí, rápidamente, después de poner unos plásticos en el suelo, se fue de allí y no volvió hasta asegurarse de que el parto había acabado.

La joven reconoce que no aprendió "nada de inglés", pero este cúmulo de sucesos casi paranormales le sirvió como lección de vida y, ahora, considera que le ayudó a madurar. Su vídeo lleva ya 240.000 reproducciones y 20.000 'me gusta'.

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