Reino Unido

Carrie Johnson, la esposa del primer ministro británico se convierte en el blanco de las críticas

La esposa de Boris Johnson se defiende de los que la definen como una mujer controladora y asegura que todo es un plan orquestado por exasesores "resentidos".

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No parecen buenos tiempos para Boris Johnson y su familia. A las acusaciones sobre las fiestas ilegales en Downing Street durante el confinamiento, se suman ahora las críticas a la esposa de Johnson por ejercer influencia en el Gobierno en algunas de las cuestiones más controvertidas.

La primera dama británica en el ojo del huracán

La publicación de varios pasajes de 'First Lady', el libro firmado por el multimillonario y conservador Lord Michael Ashcroft, detalla el papel de Carrie Johnson en el Ejecutivo británico a partir de testimonios de personas cercanas al círculo del premier.

El autor del texto explica cómo influye la primera dama en las decisiones y nombramientos de su marido. También asegura que Carrie ha sido partícipeen algunos de los asuntos más controvertidos.

Campaña machista

Sin embargo, hay quienes lejos de criticarla, alaban su trabajo. Una de las personas que la han defendido es el exministro conservador. John Whittingdale: "La influencia que le atribuyen es inexacta. Esta es la primera vez que la esposa del primer ministro ha sido una activista política comprometida y tiene conocimientos y experiencia de trabajo en política, por lo que, por supuesto, se hablará de eso".

Asimismo, el antiguo titular de Economía, George Osborne, ha querido mandar un mensaje a través de redes sociales para que se ponga fin a las acusaciones "misóginas" y para dejar claro que los asuntos de Gobierno "son responsabilidad de Boris y no de su esposa".

Carrie por su parte ha dejado claro que todo se trata de una "campaña brutal" orquestada por exasesores "resentidos" y "enemigos" de su marido.

Dimisiones en el equipo de Johnson

Tras el 'Partygate', las dimisiones en el equipo del premier no paran de sucederse. Son seis los asesores que han dimitido desde que estalló la polémica, parte del plan para reconstruir el liderazgo de un Johnson que avisa, no dejará su cargo.

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