El secretario general del PP, Teodoro García Egea, reclamó este lunes al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, que, si no es capaz de reunir los apoyos suficientes para su investidura, “deje paso” a otro candidato que sea capaz de conformar una “alianza de constitucionalistas”, definiendo como tal a PP y Ciudadanos, que cuente con la abstención del “resto de constitucionalistas” y del propio PSOE.
Así se pronunció García Egea en la rueda de prensa posterior a la reunión del Comité Ejecutivo Regional del PP de Cantabria, en la que afeó a Sánchez que trabaje para conseguir la abstención de los “constitucionalistas” cuando ha “consumado” en Navarra la “gran evidencia” de que “no quiere a los constitucionalistas al buscar el apoyo activo o pasivo de Bildu”. Dejó claro que el PP no se abstendrá en una investidura de Sánchez, al haber quedado “claramente constatado” que tanto el PSOE como Sánchez “no son de fiar”, y subrayó que el “dilema” no debe centrarse en “si Sánchez o elecciones”, ya que, a su juicio, el bloqueo puede resolverse con “otro candidato” que sea capaz de trabar una “alianza de constitucionalistas” –PP y Cs, dijo- que logre la abstención del "resto de constitucionalistas" y del propio PSOE.
Dijo estar de acuerdo con el Rey, que ayer pidió encontrar una solución que evite una nueva convocatoria electoral, utilizando el mensaje del Monarca para aseverar que Sánchez es “el elemento de bloqueo de la democracia española”. Por ello, le sugirió que, si no es capaz de obtener los apoyos que le permitan sacar adelante la investidura, “deje paso” a otro candidato que sí tenga esa habilidad. “Los que le hicieron presidente (en la moción de censura) no se fían de él.
Le dijeron que no en julio y le pueden volver a decir que no en septiembre”, comentó. Añadió que el PSOE ha elegido a sus aliados: Bildu y la “izquierda extremista”, abundando en la preocupación que dice sentir al observar que el “moderado” de esa alianza sea el portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, a quien arrogó la potestad de decidir la llegada del AVE a Cantabria, y Compromís. Por último, presumió de haber dado una “lección” al PSOE y al resto de partidos de izquierda al haber alcanzado “acuerdos programáticos” con los “constitucionalistas” (Cs y Vox) en más de 3.000 municipios y en distintas comunidades autónomas.