Lenguas cooficiales
Las lenguas cooficiales podrán hablarse en el Congreso a partir del martes
Pese a que la reforma se aplicará el próximo jueves, desde el martes ya se podrá escuchar otras lenguas cooficiales en la Cámara Baja.
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Las negociaciones de la coalición progresista con los partidos nacionalistas para que Francina Armengol presidiera la Mesa del Congreso de los Diputados fueron duras y largas. Llegaron a un acuerdo 'in extremis'. Una de las peticiones que aceptó el Gobierno en funciones era impulsar el catalán, euskera y gallego en la Cámara Baja y en Europa. La reforma que permite el uso de las lenguas cooficiales se aprobará el jueves, pero el Congreso va a dejar utilizarlas desde el martes.
PSOE y Sumar han buscado la fórmula más rápida para sacar la reforma adelante. Ha sido tan rápido que este viernes, a menos de cuatro días, no sabe con qué fondos se pagarán, por ejemplo, los traductores o el material técnico. El aragonés también ha sonado por primera vez en rueda de prensa. En privado, todos usan la lengua común. Desde la próxima semana habrá libertad a la hora de hablar la lengua que cada uno quiera.
Esta medida ha sido rechazada categóricamente por el Partido Popular. La portavoz Cuca Gamarra dijo que "es una imposición" y que "no tiene ningún tipo de consenso". El portavoz del Grupo Socialista, Patxi López, replicó alegando que ellos tildan de imposición "todo lo que no les gusta". Además, la Generalitat propuso ante la vicepresidenta Yolanda Díaz clases de catalán a los trabajadores del Congreso.
Las lenguas oficiales en Europa
Este viernes también se ha tratado en Bruselas la inclusión del catalán, gallego y euskera como lenguas oficiales de la Unión Europea (UE). Varios países, como Suecia, siguen reticentes. Se está discutiendo en el Parlamento Europeo.
Las mayores reticencias están siendo por tema económico y administrativo. No será fácil que estos idiomas se conviertan en lenguas oficiales en la UE porque esos países reticentes piden más tiempo. Y si algo no tiene el Gobierno en funciones es tiempo. La discusión se lleva a una reunión clave de ministros el próximo martes en Bruselas.
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