Opinión

Esther Vaquero, sobre Pegasus: "Poner puertas a la tecnología"

Pegasus es sólo la punta del iceberg y la legislación no puede quedarse atrás.

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Llevamos días hablando tanto de Pegasus que ya es casi tan conocido como Whatsapp. Todo el mundo sabe para qué sirve, pero afortunadamente no cualquiera puede acceder a él.

Lo curioso es que este sistema de espionaje se creó -en teoría- para luchar contra el terrorismo. Israel lo considera un arma de guerra y estableció que sólo se pudiera vender a otros estados.

Porque la información sigue siendo poder y quien accede a ella puede ganar guerras. Pero claro, es muy goloso tener una herramienta con ese poder: el de acceder a información confidencial o clasificada, sin que el espiado se dé cuenta y sin apenas dejar rastro.

Por eso, antes de que esto se vaya definitivamente de madre, o antes de que los propios terroristas se hagan con ello, urge ponerle un coto y establecer normas. Por si todavía no es demasiado tarde.

A la velocidad que avanza la tecnología, Pegasus es sólo la punta del iceberg y la legislación no puede quedarse atrás, como suele pasar.

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