Crisis del PSOE
El búnker de Pedro Sánchez, en la viñeta gráfica de Alfredo Boto
En estos momentos de gran tensión política, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez, se atrinchera en su estrategia de resistencia mientras crecen la presiones externas e internas.
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Es un momento especialmente delicado para el Ejecutivo. El 'caso Koldo', las incómodas revelaciones que involucran al entorno del PSOE, y las crecientes exigencias de sus socios parlamentarios, han dibujado un escenario de presión constante. Sin embargo, lejos de dar un paso atrás o plantearse una dimisión, Sánchez ha optado por mantenerse firme, blindando su posición y cerrando filas con su núcleo más próximo.
El presidente ha apostado por una estrategia de resistencia a toda costa. Lo pudimos ver con su "no voy a tirar la toalla y vamos a continuar" en su última comparecencia en el Congreso, pero también con la carta pública que envió en abril de 2023 que pareció ser el punto de inflexión. Aquel gesto, que muchos interpretaron como una maniobra para reforzar su imagen ante el desgaste, supuso también según algunos críticos internos el inicio de una etapa de "bunkerización" en La Moncloa.
García-Page: "Ese búnker es una tumba"
Uno de los que expresa abiertamente su desgaste con la situación es el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. El pasado mes de junio, descartó cualquier intento de forzar un cambio interno en la dirección del PSOE, asegurando que "la movilización interna está prohibida en el ambiente". Sin embargo, no ocultó su distancia con respecto a la estrategia del Gobierno. Para Page, tras la famosa carta de Sánchez se desató una "dinámica de bunkerización tremenda". Y fue más allá: "Ese búnker es una tumba, y el oxígeno al búnker se lo dan los socios del Gobierno, que ahora lo van a poner caro".
Esas palabras reflejan el creciente malestar entre ciertos sectores dentro del socialismo, que ven con preocupación cómo el PSOE parece cada vez más atado a fuerzas externas, perdiendo margen propio de maniobra. El periodista Alfredo boto hace de este modo un irónico diagnóstico político: Pedro Sánchez parece haber optado por resistir desde su "búnker", aunque el precio lo marquen otros.
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