Asturias

Los bares de Gijón, en lucha contra la explosiva agresividad de las gaviotas, las mayores "ladronas" de comida

La "batalla de Gijón" ha comenzado. Los dueños de bares y restaurantes de Gijón cuentan que las gaviotas les roban una cantidad insaciable de comida, que les cuesta un dineral.

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La lucha entre el ser humano y algunos animales no terminó con la aclamada historia 'El libro de la Selva'. Al menos, eso se puede contemplar en Gijón, donde las gaviotas han emprendido una agresiva cruzada contra los bares y restaurantes del municipio. Los dueños de estos locales denuncian que las gaviotas, casi lanzadas como un cohete, llegan a sus terrazas y les roban una gran cantidad de comida, hecho que les supone numerosas pérdidas económicas.

La situación sería cómica si se tratara de unas aceitunas o de una pequeña barra de pan. Pero empieza a convertirse en un problema en el momento en que empiezan a robarse todo tipo de alimentos, desde cachopos hasta pollo y bogavantes, lo cual tiene desesperados a los propietarios de bares y restaurantes, incapaces de buscar una solución para conseguir parar a las gaviotas. Por si fuera poco, los ecologistas se ponen del lado de las gaviotas, contra aquellos que piden quitar todos los nidos que encuentren.

Precisamente, el Ayuntamiento gijonés ha dado el visto bueno a quitar esos nidos, teniendo enfrente a ecologistas y gaviotas, unidos por una misma causa: que la especie continúe manteniendo su presencia en el municipio. Los hosteleros tratan de dejar de lado esa batalla, señalando que a ellos les es indiferente si las gaviotas permanecen o no en Gijón. Su único objetivo está en que no se conviertan en las mayores "ladronas" de Asturias.

La fauna se revuelve contra el ser humano

En los últimos años, se han incrementado los casos de animales que "adquieren" una rauda agresividad contra los humanos. Ha sucedido hace poco con una cebra a la que se pudo avistar en la frontera entre España y Francia, campando a sus anchas tan cómodamente. También con una cabra que se dio a la fuga en Cartagena y acabó dentro de una joyería, de donde la sacaron varios agentes de Policía, agarrándola por los cuernos y algunos llevando incluso escudos antidisturbios por si lograba soltarse.

En España, podemos recordar un suceso relativamente inusual que ocurrió hace pocos días en unos encierros celebrados en la Comunidad Foral de Navarra, cuando seis vacas "asaltaron" una sucursal de CaixaBank y quedaron atrapadas dentro. Más de lo mismo con un jabalí que terminó metido en el interior de un coche en Madrid. Y, esta misma semana, varios pequeños monos que robaban en Gibraltar las pertenencias de los turistas que iban a visitarlos. Animaladas todas ellas que, tal y como está el panorama, son cada vez más habituales.

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