Antonio Sánchez es conocido con el sobrenobre de 'el último cazador blanco' y considera injustificadas las críticas al rey por parte de personas a las que tilda de "ignorantes que dicen sandeces" cuando comentan la caza de animales salvajes en África. Sánchez ha aclarado como se produce la caza de elefantes en muchos países africanos y, en concreto en Botsuana, donde se produjo el accidente del rey. "Primero, no se puede cazar elefantes que no sean adultos, ha explicado que es posible que a veces las hembras ataquen aunque no tengan crías". Si alguién no actua dentro de estas normas, ha asegurado Antonio Sánchez es que "son vulgares asesinos y no cazadores".
"Llevo 60 años cazando en África y jamás ha habido ningún accidente, problema o simple arañazo". "Yo he cazado más de 1.000 elefantes", ha afirmado. En cuanto a si el rey cometió una imprudencia por hacer este tipo de actividad a su edad, su amigo asegura que "no -y añade- que a Botsuana viaja mucha gente a cazar por el buen clima, porque el terreno es comodísimo y está todo súper organizado y van cazadores de hasta 86 años sin necesidad de darse largas caminatas".
Antonio Sánchez considera que el lugar donde el rey sufrió la caída es anegdótico. "Su majestad tuvo la mala suerte de tropezar en el campamento y romperse en España, algo que le podría haber pasado en cualquier otro sitio".
Otro tema polémico que ha comentado este experto cazador es el del importe que se ha pagado por este safari. Antonio Sánchez ha afirmado que el rey suele ir invitado y ha explicado que el rey paga sus licencias de caza, que en el caso de los elefantes ascienden a 5.000 dólares. "En Botsuana, no caza nadie -ni su majestad- si no es legalmente". Ante la polémica posibilidad de que el safari se hubiese pagado con dinero público, Antonio Sánchez asegura que "su majestad no ha tocado jamás ni un euro del herario público, al contrario de otros señores que se han machacado un millón de euros en cocaina en fulanas y cosas y nadie protesta".
Una caza autoricada
Por último, Antonio Sánchez ha aclarado el tema que también ha escandalizado que es la caza de un animal supuestamente protegido. "La caza del elefante está autorizada en muchos países africanos. Botsuana tienen 150.000 elefantes con un aumento anual del 5% lo que significa que cada año hay 7.000 elefantes más y la cuota anual que permite cazar el Gobierno es de 300 elefantes. Por lo que 300 ejemplares frente a 7.000 nuevos cada año más los 150.000 existentes, no suponene nada, es una gota de agua en el océano. Los 300 elefantes que se cazan ayudan al Gobierno a obtener dinero para apgar a los guardas de caza para impedir el furtivismo, a crear nuevas reservas de caza".