La número uno del PP por Barcelona en las elecciones generales, Cayetana Álvarez de Toledo, acaparó la gran mayoría de duelos dialécticos en el primer debate entre candidatos del 28A.
La candidata popular aprovechó sus primeros minutos para buscar el cuerpo a cuerpo con los otros cinco candidatos catalanes. A los independentistas les instó a "pedir perdón por haber traído la fractura" a Cataluña, a los comunes les acusó de "atropellar los derechos de los más débiles", al PSOE le reprochó que Pedro Sánchez se aliara con un "prófugo de la justicia", en alusión a Carles Puigdemont, para ser presidente, y a Inés Arrimadas, pese a mostrarle su "admiración y afecto", le confesó su "decepción" porque no impulsó una moción de censura.
Sin embargo, el duelo más tenso lo tuvo con el diputado de ERC Gabriel Rufián, quien le aseguró que pediría "perdón por un referéndum" si ella pedía a su vez "perdón por la Gürtel".
"Qué pobre, señor Rufián", apuntó la cabeza de lista del PP por Barcelona. Ante la vehemencia de Álvarez de Toledo frente a todos sus rivales electorales, Rufián ironizó: "Está a un paso de llamar a Arrimadas antipatriota".
Álvarez de Toledo lamentaba además que "el lugar donde menos presente está la democracia es en Cataluña", a lo que Rufián respondía en tono jocoso: "Nos llama a todos nacionalistas y la única que lleva una bandera aquí es usted, en el boli".
La candidata 'popular' no dudó en aprovechar ese comentario para preguntarle al diputado de ERC si le gustaba la bandera, a lo que Rufián respondió: "Sí".
Inés Arrimadas y Álvarez de Toledo tuvieron otro enfrentamiento con la candidata de JxCat y actual consejera de Cultura, Laura Borràs, que quiso entregar a la candidata de Ciudadanos libros escritos en castellano, para desmentir sus posturas maximalistas. Arrimadas le responde que no puede evitar su supremacismo.
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