Sin luz

"Tengo que meter a mi bebé entre mi marido y yo para darle calor de noche", así viven el invierno en la Cañada Real

7.000 personas afrontan en La Cañada su tercer invierno sin suministro eléctrico. De ellas, unos 2.500 son niños.

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Ángela nos recibe con su bebé de 3 meses en brazos, es su quinto hijo. "Hace mucho frío por las noches", nos cuenta. Ella y su familia afrontan su tercer invierno consecutivo a oscuras. Sin luz, sin agua caliente y sin calefacción. Mientras charlamos, el pequeño empieza a toser. "Siempre está malo, ya ha estado ingresado", dice Ángela, "le tengo que meter entre mi marido y yo para que esté más caliente por la noche".

En esa misma situación están "7.000 personas en La Cañada Real y 2.500 son niños", apunta Houda. Llegó con sólo 9 años desde Tánger y lleva toda su vida aquí. Licenciada por la Universidad de Carlos III, se ha convertido en una de las voces más reivindicativas de los derechos del poblado. "No estamos viviendo", nos corrige, "es vergonzoso decirlo en la capital española, pero estamos sobreviviendo".

"Estamos abandonados"

Juan y su familia intentan combatir el frío con una pequeña estufa de leña. "Buscamos maderita por ahí, en las obras, porque si no los niños se mueren de frío". Tiene un bebé de 3 meses y tres niños más de 5, 8 y 12 años. "Muchas veces los tienes que levantar a las 8 de la mañana para asearlos y llevarlos al colegio y es imposible, estamos a cero grados", nos cuenta, "no está bien que nos tengan aquí tirados con niños pequeños, estamos abandonados".

Es un sentimiento generalizado en La Cañada, se sienten abandonados por las administraciones españolas y más escuchados por los organismos internacionales. El Comité Europeo de Derechos Sociales del Consejo de Europa había instado a España a restablecer el suministro eléctrico en el poblado antes del 15 de diciembre del año pasado. Pero de momento sus habitantes siguen sin noticias. ¿Estarías dispuesto a que te pusieran un contador y pagar la luz como todo el mundo? le preguntamos a Juan. "Desde ahora mismo", nos responde.

Con paneles solares

Algunos de ellos, como Houda, se han instalado pequeños paneles solares para tener algo de suministro. "Me llega para poder tener la nevera encendida unas horas al día", nos explica. Sus hijas, asegura, "tienen que estudiar con velas o la linterna del móvil". Y si no utilizan una "pequeña lamparita que se carga también con un panel solar", nos enseña, "con ésta nos apañamos para ir al baño, ducharnos o para buscar la ropa a las 7 de la mañana para ir al instituto".

Otros tienen un motor de gasolina. "Gastamos entre 5 y 10 euros de gasolina al día y con eso tenemos para 3 o 4 horas de luz", nos cuenta una señora. En su casa viven 16 personas, 9 adultos y 7 niños, y no pueden tener lavadora: "La ropa vamos a lavarla a una lavandería".

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