Cataluña

La opción que propone el Gobierno para acabar con la sequía en Cataluña

La situación en Cataluña con la sequía es crítica. Teresa Ribera se ha reunido con conseller de Acción Climática del gobierno catalán para abordar el problema.

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Este lunes se han reunido la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, y el conseller de Acción Climática del gobierno catalán, David Mascort, para buscar soluciones a la sequía que azota al territorio. En Cataluña ya son cinco días de situación de emergencia. El nivel de los embalses está por debajo del 20% en la provincia de Girona y rozando el 10% los de Barcelona.

En caso de no llover, el plan más viable y rápido es transportar agua por barco desde la desaladora de Sagunto, en Valencia, hasta el puerto de Barcelona. Esto implica que la desaladora debería incrementar su producción un 15%. Las desaladoras dependen del Gobierno central, pero conseguir el transporte, los barcos, sería tarea de la Generalitat.

Según Mascort, este traslado de agua sería un plan "puntual" que ya está negociado. "Iremos hasta Sagunto o donde haga falta para buscar agua", ha destacado. El plan de Sagunto sería el más rápido para llevar agua a Cataluña. El gobierno valenciano de Carlos Mazón está a favor. "Creo que con el agua lo peor que se puede hacer es populismo", ha alertado Ribera.

El plan B del Ejecutivo

Tanto Ejecutivo central como valenciano han acordado financiar con fondos europeos esta vía y por valor de 500 millones dos nuevas desalinizadoras en Cataluña. Carlos Mazón ha instado a Moncloa a garantizar "por escrito" que el transporte de agua desde la desaladora de Sagunto hasta Cataluña "no va a perjudicar a la costa valenciana" y "las necesidades valencianas no van a mermar". "Que nos garanticen lo que nos han dicho", ha manifestado.

El presidente valenciano ha remarcado que él habla "desde una comunidad que sí ha hecho sus deberes, que sí que ha reutilizado, que sí que ha invertido en ciclo hídrico y que sigue diciendo que el agua en España es de todos". "El agua desalada no nos gusta para regar, es muy cara, energéticamente no es sostenible, pero para una punta de energía, para una punta de emergencia, para uso de boca, sí que puede ser viable", ha apostillado. El Gobierno reconoce que el transporte por barco es un plan B, porque el plan A es que el agua caiga del cielo lo antes posible.

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