Las requisitos que exigen las empresas cuando ofertan un puesto de trabajo llega a límites desorbitados. Actualmente se está pidiendo la contraseña de los correos electrónicos para optar a un puesto laboral. La compañía que la reclama asegura que lo que pueden conocer del candidato gracias a inspeccionar su e-mail, no lo pueden averiguar con tan solo ver su currículum vitae.
Al principio parece algo inaudito pero la necesidad de encontrar un trabajo genera que vendamos nuestra privacidad a cambio de un suelo con el que poder sobrevivir. Sin embargo, entregar nuestra contraseña no nos garantiza que vayamos a ser contratados sino que podamos entrar en el proceso de selección.
Una empresa de Finlandia ya está poniendo en marcha esta técnica para ampliar su plantilla. Ésta sería su oferta de trabajo: "Se buscan jóvenes con disponibilidad para viajar, experiencia, idiomas, incorporación inmediata y dar la contraseña del mail para poder entrar en el proceso de selección". Esta compañía pretende rastrear los correos personales para decidir si el candidato es el ideal o no.
Buceando en el mail las compañías podrían conocer nuestras ideas políticas o nuestros gustos al detalle. Llegar a todo lo que no ponemos en el currículo. En España no hay una ley concreta que lo regule pero si se diera el caso, "sería, sin duda, prohibido por los tribunales a la hora de determinar que es un actuación discriminatoria y una actuación invasiva" explica Jose Prieto, socio de Laboral en Baker McKenziez.
La empresa que ofrece este servicio se defiende y asegura que sólo se investiga con la autorización de la persona.
