Roland Garros 2025
Roland Garros regala a Nadal y al mundo del deporte un homenaje para la historia: el Big Four, la huella en la Chatrier...
El torneo parisino cierra la 'herida' de la Davis con un homenaje memorable que reunió de nuevo al Big Four y que emocionó al mundo del deporte. Un trofeo conmemorativo y una placa con su huella en plena Chatrier, el broche de oro.

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En el fin de semana de las despedidas, Roland Garros paró máquinas en el primer día de torneo y desplegó todo su arte, cariño y eterno agradecimiento a Rafa Nadal para brindar un homenaje de los más emotivos y espectaculares que se recuerdan en la historia reciente del deporte.
Alcaraz, Ferrero, Swiatek y celebridades del tenis francés como Tsonga y Yannick Noah -último galo en ganar Roland Garros- coparon los principales asientos de una Philippe Chatrier llena hasta la bandera y que anhelaba homenajear como era debido al gran exponente de su torneo, y de paso al mejor tenista de siempre en tierra batida. El equipo de Nadal y su familia al completo se dieron cita en la grada baja de un estadio que hoy se tiñó de camisetas con el mensaje 'Merci Rafa'..
El agradecimiento a Toni y la 'anécdota' con Mery
Rafael Nadal Parera pisó un año después la tierra parisina tras la célebre introducción de su speaker más icónico, Marc Maury. Al balear, que aseguró semanas antes que iba a emocionarse, le faltaron segundos para que emergiese de su rostro la primera de muchas lágrimas. Una ovación eterna, sentida y calurosa del público francés fue el aperitivo de un acto sencillo pero real, como así lo quería el de Manacor. Cuando la afición le dejó pronunciar las primeras palabras, Rafa, fiel al guion que llevaba preparado y con la intención de no dejarse a nadie sin mencionar, fue agradeciendo a todos y cada uno de los protagonistas -directos o indirectos- de su exitosa carrera profesional. Desde la divertida mención a sus primos y amigos hasta la parte más emocionante, su familia, haciendo especial hincapié en sus padres y en su tío Toni: "Toni, eres la razón por la que estoy aquí. Gracias por haber dedicado una gran parte de tu vida a querer estar conmigo".
Los nervios y el viento hicieron que perdiese la hoja en la que hablaba sobre su mujer Mery Perelló. Fue la anécdota de la tarde pero ayudó a que pasáramos, al menos durante unos segundos, de las lágrimas a las risas: "No necesito la hoja", dijo entre carcajadas. "Eres mi mejor compañera de vida. No nos podíamos imaginar en 2005 que estaríamos aquí 20 años después siendo una familia. Has estado siempre apoyándome desde una posición no siempre fácil. Espero hacerte igual de feliz que tú a mí".
Tras la lista de agradecimientos rompió a llorar de nuevo con la entrada de todos los responsables de organización del torneo, que se pusieron delante del exjugador en fila y comenzaron a aplaudir. Rafa entró en trance. Lloró lo que no había llorado desde su retirada.
El Big Four se reunió de nuevo
Y todavía quedaba la guinda del pastel. La cámara pasó de enfocar el rostro del español y se dirigió al túnel de vestuarios. Ahí, parados como si nada, trajeados para la ocasión y con más clase que un colegio estaban los tres grandes rivales históricos del mallorquín: Roger Federer, Novak Djokovic y Andy Murray. El hype estaba disparado. Ninguno quería perdérselo. El Big Four volvió a reunirse, la última vez fue en el adiós de Federer en la Laver de 2022.
"Para mí, que estéis aquí lo es todo. El mensaje es que podemos ser muy buenos amigos después de ser grandes rivales"
Saludó a los tres cariñosamente, les dedicó unas bonitas palabras e inmortalizaron el momento con unas fotografías para el recuerdo. "Hemos construido una gran rivalidad. Hemos mostrado al mundo que podemos luchar de la forma más dura posible, pero respetándonos. Me hicisteis pasar momentos duros en la pista, empujándome al límite, pero, al final, el tenis es solo un juego, un deporte. Para mí, que estéis aquí lo es todo. El mensaje es que podemos ser muy buenos amigos después de ser grandes rivales", expresó.
Incluso les dio tiempo a comentar distendidamente los entresijos del acto y alguna anécdota. De ahí solo queda Djokovic en activo, y ya se encargó Rafa de 'recordárselo': "Cuando te retiras las cosas se ven desde otra perspectiva, ya lo vivirás dentro de poco Novak". El serbio, de momento, no tiene intención de experimentarlo, este pasado sábado ganó en Ginebra su título 100 y en unos días le tocará el turno en la Chatrier.
Roland Garros dejó lo mejor para el final: la huella imborrable de Rafa
Y ahí no terminó todo. El torneo le regaló un último trofeo de cristal solo apto para las leyendas con los 14 títulos bordados y su firma estampada. Pero el colofón soñado lo dejaron para el final. Una sorpresa que Roland Garros supo esconder hasta el último segundo. El presidente de la Federación Francesa de Tenis cogió la escoba y separó poco a poco una pequeña porción de la tierra parisina para mostrar al mundo que la huella de Rafa Nadal será imborrable... literalmente. En la Chatrier, además de su estatua en los aledaños, perdurará para siempre una placa conmemorativa en plena pista con su huella, su nombre y los 14 títulos. Rafa, otra vez roto. No podía haber imaginado un homenaje mejor. París sorprendió al tenista más exigente de la historia, con permiso de Djokovic.
La leyenda del deporte se despidió del estadio de su vida dando una vuelta al ruedo con su hijo en brazos. Su heredero. Quién sabe si algún día volverá a esa pista vestido de corto. Los asistentes vivieron un acto histórico.
París cierra la 'herida' de Málaga
Por otra parte, París cerró la 'herida' de Málaga. El 23 de mayo de 2005 Rafa Nadal ganó su primer partido en Roland Garros, ahí comenzó la historia más increíble y maravillosa en la historia de este deporte. Nadal y Roland Garros, Roland Garros y Nadal. Un binomio perfecto e inolvidable que terminó en la pista -14 títulos y 112 victorias después- el 27 de mayo del año pasado tras perder ante Zverev en primera ronda. Pero ha sido casi un año después cuando Rafa, el torneo y los millones de aficionados al tenis han podido cerrar de corazón el capítulo con un homenaje que trascendió como pocos.
Y sí, quién lo iba a decir. Han tenido que ser los franceses los que se han rendido ante el balear con un acto emotivo y conmovedor con el que España -al menos de momento- no ha sabido ni competir. Lejos queda el "cutre" homenaje -en palabras de Toni- que se le hizo en la Copa Davis de Málaga tras disputar y perder su último partido como profesional ante Botic van de Zandschulp.
La mejor historia de amor del tenis
Campeón en 2005, 2006, 2007, 2008, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2017, 2018, 2019, 2020, 2022, ganando 112 partidos, perdiendo tan solo cuatro (Soderling 2009, Djokovic 2015 y 2021 y Zverev 2022) y retirándose por una lesión antes de disputar su partido de tercera ronda ante Granollers en 2016. Así, de primeras, es como puede definirse en unas pocas líneas, y en términos cuantitativos, lo que consiguió Rafael Nadal en el segundo Grand Slam del calendario.
Eso y un legado inalcanzable en el torneo, y en general sobre tierra batida -donde ganó 63 de sus 92 títulos oficiales- fueron el por qué de un homenaje nunca visto antes en la historia del tenis. Ahora sí, Rafa Nadal ya se ha despedido del tenis. Como debía ser. En su torneo y ante su gente, sí, los franceses ya tienen un sitio que perdura en el corazón de nuestro mejor deportista. Por ende, también en el nuestro. Ahora, es posible que otros campeonatos quieran dejar su huella en Rafa con sus respectivos actos, pero ninguno superará el de hoy. Preparado a conciencia y atendiendo al detalle más imperceptible. París supo estar a la altura.
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