SALTADORES

'Los saltadores de la muerte', los clavadistas que se juegan la integridad en las aguas del Polo norte

Estos valientes se atreven a saltar desde 20 o 30 metros a las aguas congeladas del Polo norte. El origen de esta modalidad se encuentra en Noruega.

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Estamos acostumbrados a los clavadistas que saltan desde los escenarios más espectaculares de todo el planeta, pero no estamos tan habituados a verles hacerlo... en aguas congeladas. Para eso hay otro Mundial cuyo paraíso está en el Polo norte... como ya habrán caído.

Estos valientes se hacen llamar 'los saltadores de la muerte' por cosas tan alucinantes como las que van a ver en el vídeo que ilustra esta noticia.

El origen tuvo lugar en Noruega

Tenemos claro que lanzarse desde un acantilado ya es todo un reto, pero sí además el agua es la de un lago en el círculo polar ártico más de uno se lo pensará dos veces. El origen de esta modalidad se encuentra en Noruega, donde además de disfrutar de auroras boreales, cada verano se celebran los mundiales de los 'saltadores de la muerte'.

Ellos mismos eligen y cavan en el agua congelada

"Hoy está siendo difícil encontrar el sitio", explicaba un participante. No es fácil encontrar el lugar adecuado, hasta cuatro horas tardan en romper el hielo para abrir un espacio por donde entrar al agua.

"Vamos a saltar desde una roca pero no sabemos cómo vamos a llegar hasta ahí", dice otro de los participantes. Cuando ya se ha elegido el lugar 'solo' queda el momento de asomarse a las plataformas de más de 10 metros.

El agua ronda los 2 grados

"Aquí empieza la verdadera ansiedad", cuando todo está listo, los saltadores vuelan en apenas unos segundos para aterrizar en aguas que rondan los 2 grados. Para no lesionarse, su forma de caer llama la atención: "Quién quiere caer intencionadamente con la cara", cuenta un clavadista sobre la mejor manera de aterrizar en las aguas congeladas del Polo norte. Es tan importante la forma de entrar al agua que se puede acabar en el hospital si no se hace de la forma correcta.

Hay una manera concreta de entrar en el agua

Eso sí, hay consecuencias inevitables: "No siento los dedos de las manos ni los de los pies", asegura un saltador. El que se quiera atrever a intentar batir el récord del mundodeberá saltar desde más de 31 metros.

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