El momento de partida del libro es su comparecencia en el Congreso de los Diputados el 12 de mayo de 2010 en la que anunció las primeras medidas de recorte.Sobre estas decisiones escribe en su libro, 'El dilema:600 días de vértigo':
"Qué dilema tan acuciante. O recortabas, o podías alimentar la espiral de la falta de solvencia, del riesgo sobre el cumplimiento de nuestros compromisos de deuda.No había un camino intermedio. Y en apenas días, casi horas, debías actuar en una interseción en la que tus ideas y compromisos se bifurcaban probablemente de manera irremediable".
Zapatero relata que aquellas medidas le acarrearon la paradoja de ganar el apoyo de los líderes europeos y los grandes inversores internacionales mientras perdía popularidad entre los electores españoles. Pese a anunciar recortes económicos, el socialista reconoce que se autoimpuso partidas intocables: las prestaciones por desempleo, la educación y la sanidad.Sobre los primeros momentos de la crisis Zapatero hace confesiones como ésta:
"Suprimir el cheque bebé era una cicatriz que quedaría grabada en los pliegues, que cada vez se agrietaban más, de mi piel política",o ésta: "En poco más de un año pasé de presidir un país que creaba empleo sin cesar a un país en el que el paro aumentaba sin freno. [...] El cambio de tendencia era tan brutal que costaba asumirlo y me provocaba un doloroso sentimiento de responsabilidad".
Zapatero narra cómo durante la reunión del G-20 de Cannes en 2011 Angela Merkel le instó a pedir el rescate.
"Merkel me saludó cordialmente y me planteó, casi sin preámbulos,una propuesta sobre la que no habíamos tenido ningún indicio, ni en la decisiva cumbre del Eurogrupo de pocos días antes (26 de octubre) ni en los contactos previos a la cita de Cannes [...] Merkel me planteó si estaba dispuesto a pedir una línea de ayuda preventiva de 50.000 millones de euros al FMI; añadió que a Italia le correspondería otro valor de 85.000 millones de euros. Mi respuesta fue directa y clara: no. Le dije que desde agosto habíamos ganado confianza en los mercados, que nuestras entidades financieras ya habían comprometido la recapitalización acordada en el Eurogrupo el 26 de octubre [..] Y para cerrar le recordé que mi país estaba en plena campaña electoral".
El ex presidente añade que la UE tardó en reaccionar para dar un primer respaldo y una solución provisional al primer episodio y a partir de ahí iría siempre con el pie cambiado. Incluso revela curiosas interioridades de las cumbres europeas como la imagen de un Papandréu "indignado y casi fuera de sí" preguntando a sus colegas qué más garantías necesitaban: "El Partenón, las islas griegas...¿hasta dónde queréis llegar?".
José Luís Rodriguez Zapatero incluye en su libro, escrito en primera persona, un ejercicio de autocrítica a su mandato. Zapatero admite que fue un error no emplear la palabra crisis hasta julio de 2008, máxime en alguien como él, a quien se le atribuía una predisposición optimista ante la realidad". Justifica ese error en dos razones: la de no ahondar en la desconfianza de los agentes económicos y las propias previsiones de la economía española del momento".
