Un tiovivo que gira y un niño que mira embelesado representa bien la ilusión de la Navidad en Alemania, donde las fiestas se celebran con la familia y con una buena taza de vino caliente.
En Pekín, en China, la Navidad se celebra como en un cuento, en un jardín lleno de pitufos en el que hay árbol de navidad, pero también setas y champiñones. Además, en lugar de los reyes magos, allí niños y mayores esperan con ilusión la llegada de los "duendes" de Oriente.
Sin embargo, a los españoles, los Reyes Magos nos vigilan desde las torres del Palacio de Cibeles. Con fuegos artificiales, estrellas y luces nos felicitan las fiestas en Madrid. Es, en definitiva, la Navidad en cuatro dimensiones.
Por su parte, en Nueva Zelanda, la tradicional cena de Navidad se basa en un pavo asado con verduras y salsas, mientras que para el postre se reserva un afrutado pudín con salsa de brandy, acompañado siempre de las temperaturas veraniegas que le rodean.
Un situación similar se vive en Argentina, un país en el que cada año se quitan las botas y los abrigos, haciendo uso de unos trajes más cortos para sorprender a los más pequeños.