Los niños del coro de la Capilla Sixtina, preparados para el concierto de Navidad

En la Basílica de Santa María resuenan las voces más angelicales del mundo. Estos días entrenan para su gran noche el día de Navidad en la Capilla Sixtina ante un espectador muy especial, el Papa Benedicto XVI. El conjunto de este coro forma parte de una tradición que se remonta a la Edad Media.

Según el director, "la música tiene que ser hermosa, bien ejecutada y todo tiene que estar al detalle, ya que la profesionalidad es esencial porque vamos a anunciar la Gran Revelación".

Por eso existe la escuela para niños de Roma. Un centro privado fundado en 1956 dedicado exclusivamente a los cantantes más pequeños del coro. Con sólo 15 alumnos nuevos cada año, imparten un estricto programa musical de 10 horas semanales, además de la educación elemental.

Su profesor de técnica vocal asegura que "son niños muy especiales. Tienen que afrontar una tensión y unas responsabilidades que otros niños no tienen que soportar a su edad".

Para ellos, la emoción prima sobre todo lo demás: "es una experiencia irrepetible, si estudias aquí puedes cantar a dos metros del Papa. Es algo maravilloso". En una semana, sus voces elevarán la liturgia más importante del año.