Miguel Ríos anoche en Granada

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MÁS DE 10.000 PERSONAS

Miguel Ríos da comienzo a su gira de despedida en Granada

Miguel Ríos eligió su ciudad natal para comenzar anoche su gira de despedida 'Bye bye Ríos Rock hasta el final', y arrasó ante las más de diez mil personas que abarrotaron el Pabellón de Deportes.

Miguel Ríos eligió Granada, su ciudad natal, para comenzar anoche su gira de despedida, 'Bye bye Ríos Rock hasta el final', y arrasó ante las más de diez mil personas que abarrotaron el Pabellón de Deportes.

Acompañado por una notable banda de siete músicos, rescatando algunas de las mejores perlas del tesoro que ha acumulado durante media década de trayectoria, el granadino se dio un baño de masas y los espectadores, inmensa mayoría de cincuentones, otro de nostalgia.

Casi imposible no caer en ella si el segundo tema que sonó fue el 'Bienvenidos' con el que comenzaba el 'Rock & Ríos', el doble LP superventas del año 1982 que tanta gloria le dio.

Si algo no le faltó a Miguel Ríos en su triunfal regreso a Granada fue apoyo; desde luego lo tuvo en los repletos graderíos, pero también hubo en abundancia en el mismo escenario, por el que pasaron varios artistas -no todos de éxito masivo- a modo de homenaje al protagonista de la noche.
El primero fue José Ignacio Lapido, líder de los extintos 091 y protagonista, desde su separación, de una interesante carrera en solitario.

Aportó "El ángulo muerto" en lo que fue uno de los escasos momentos de pausa de un inicio de concierto a todo trapo, dominado por las guitarras y bien arropado por una pequeña pero eficaz sección de vientos y unos virtuosos teclados.

El sonido, algo apelmazado en principio y con la tendencia a rebotar tan propia de los pabellones, fue mejorando progresivamente mientras el artista rememoraba éxitos de los setenta, los ochenta y los noventa, como 'El ruido de fondo' que le prestó Santiago Auserón, 'Nueva Ola' o el mucho más añejo 'Vuelvo a Granada', recibido con el entusiasmo apropiado para la ocasión.

De Ana Belén se recordará el dúo que protagonizó con el rockero con 'El Río', y de los siguientes invitados, el dúo Gold Lake -cuya cantante es Lúa Ríos, rebautizada como Lúa Lake e hija de Miguel, su correcta ejecución de 'Un caballo llamado muerte', una de las canciones más coreadas de la noche.

Después le tocó el turno a Amaral, que interpretaron la sutil 'Al sur de Granada' y con una nueva tanda de clásicos, como 'El rock de una noche de verano' se cerró la primera parte del concierto, hora y media después de comenzar.

Pero quedaban muchas sorpresas, como la irrupción de Carlos Goñi en el primer bis, 'Todo a pulmón', la de Carlos Tarque, vocalista de M-Clan, en la siguiente, 'Santa Lucía', o la que probablemente fue la más jaleada, la de Manolo García, que se sumó al 'Blues del autobús'.

Como la gente no estaba por la labor de marcharse, pese a que ya se habían traspasado largamente las dos horas, Miguel Ríos se vio forzado a salir de nuevo, con la voz ya bastante tocada, para rememorar su primer éxito internacional, su versión del 'Himno de la Alegría'.

 

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