La vena artística de David sólo se despierta cada vez que se sumerge en el mar. Animales, muchos de ellos con aspecto de seres fantásticos, forman parte de su colección de fotos que han triunfado en el campeonato de fotografía submarina.
Sus instantáneas le han consagrado como campeón del mundo. La prueba fue en Cayo Largo, en Cuba. Sólo lleva seis años haciendo fotos y ya ha mordido el oro. Una alegría que le motiva para seguir sumergiéndose en los mares de todo el mundo con su cámara inmortalizando tesoros.