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Cuando se publicó Let it be Los Beatles ya no existían. Se habían separado un mes antes, el 10 de abril; lo anunció Paul McCartney.

Las imágenes eran pura apariencia. Terminaba casi una pesadilla para la banda. Las últimas canciones se grabaron entre disputas y envidias. John Lennon centrado más en alucinógenos y con la perenne presencia molesta de Yoko Ono y George Harrison sintiéndose ninguneado.

A pesar de todo el disco agrupó un buen puñado de temas. Asegura la leyenda que el que le da título surgió de un sueño que tuvo McCartney. En él su madre muerta le repetía sin cesar 'que lo dejase estar'.

Entre las 12 canciones también figuraba la versión definitiva de 'Across the universe'. Un tema que la Nasa trasmitió en dirección a la estrella Polaris, a 431 años luz de la tierra, como mensaje a los extraterrestres.

Para la producción final de algunas canciones se llegó a utilizar una orquesta y coros de 49 componentes.

El proceso de grabación se filmó para realizar una película que debía incluir al grupo tocando. Se pensó en varios escenarios, sobre un barco en el Támesis, el desierto de Túnez o el Coliseo de Roma. Finalmente se optó por la azotea del Apple Corps en Londres. Una imagen icónica para la historia.

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