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PRÍNCIPE DE ASTURIAS DE LAS ARTES

Antonio López, clase magistral de pintura en la Puerta del Sol

Todos los días, entre las seis y media y las ocho, coge sus pinceles y su lienzo y se planta en la Puerta del Sol.

Cientos de curiosos se agolpan junto a la Puerta del Sol. Todos quieren inmortalizar el momento. Pero sólo uno de ellos conseguirá detener el tiempo como nadie. Se trata del maestro, del artista, del pintor.

Sin lugar a dudas, es uno de los más grandes. Tiene el privilegio de ser el pintor español vivo más cotizado. Aunque eso le importa poco.

Detrás de esas gafas se enconde una mirada entre dulce y vergonzosa. La de un hombre humilde, sereno y tranquilo, que a sus 74 años no tiene ninguna prisa. Disfruta de cada instante.

De hecho el propio Antonio López asegura que una obra nunca se acaba, sino que llega al límite de las posibilidades del artista.

Apenas hora y media le basta para obtener de su paleta esa luz tan especial, la misma que ilumina sus inimitables lienzos hiperrealistas, a pesar de su modestia.

Quién sabe, tal vez las calles de Lisboa sean las protagonistas de su próxima obra de arte. De momento, sus admiradores se llevan a casa un pedacito del maestro.

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